Cartapacio
LUNES 1 SEPTIEMBRE 2025
La diatriba, entendida como discurso vehemente, agresivo o acusatorio, se ha convertido en una herramienta recurrente en la política contemporánea, no solo como expresión de indignación, sino como estrategia de coacción simbólica.
Desmenucemos.
La diatriba como dispositivo de poder.
- Narrativa de confrontación:
La diatriba instala un campo semántico de guerra, donde el adversario no es simplemente un oponente, sino un enemigo moral.
Esto refuerza la lógica binaria que yo critico en un tema al que identifico como, monopolios semánticos.
- Coacción emocional: Al apelar a la ira, el miedo o la humillación, la diatriba moviliza afectos colectivos que pueden desactivar el pensamiento crítico y facilitar la obediencia acrítica.
- Desplazamiento del diálogo: En lugar de abrir espacios de deliberación, la diatriba clausura el intercambio ético, convirtiendo la palabra en arma y no en puente.
En CJTOWN: ¿cómo se debe responder a la diatriba?
Mi proyecto de ofrecer una resistencia semántica que desactive la diatriba, se expresa mediante:
- Ironía estratégica:
Como lo hago en mis comentarios políticos, a través de Cartapacio. La ironía revela el absurdo del discurso dominante sin caer en su violencia.
- Narrativas de metamorfosis: En lugar de confrontar con otra diatriba, en CJTOWN se pueden proponer relatos donde el antagonismo se transforme en reconocimiento ético —una inversión de la tragedia.
- Encontrar espacios de escucha radical: El Salón no responde con gritos, sino con preguntas.
La diatriba se disuelve cuando se le exige profundidad.
Tipología de diatribas políticas actuales y sus efectos en la gobernanza,
La diatriba política, como forma discursiva agresiva, no solo revela tensiones ideológicas, sino que también actúa como tecnología de poder que impacta directamente en la calidad de la gobernanza.
A continuación una tipología analítica de diatribas políticas contemporáneas, junto con sus efectos en la arquitectura del poder y la ética pública:
Tipología de diatribas políticas actuales
Tipo de Diatriba.
Características. Efectos en la Gobernanza.
Diatriba moralizante.
Apela a valores absolutos (bien vs. mal), deshumaniza al adversario.
Reduce la deliberación ética; promueve políticas punitivas y polarización institucional.
Diatriba populista.
Usa lenguaje emocional, simplifica problemas complejos, crea enemigos simbólicos.
Deslegitima instituciones técnicas; favorece decisiones impulsivas y concentración de poder.
Diatriba tecnocrática.
Descalifica la crítica desde la superioridad técnica o científica.
Excluye saberes comunitarios; erosiona la participación democrática y la gobernanza inclusiva.
Diatriba conspirativa.
Construye relatos paranoicos, atribuye intenciones ocultas a actores políticos. Esto es muy común en CJTOWN.
Genera desconfianza sistémica; dificulta la cooperación interinstitucional y la transparencia.
Diatriba performativa.
Se usa como espectáculo mediático, sin contenido político real. (El show de Alito y Noroña en el senado)
Desvía la atención de problemas estructurales; convierte la gobernanza en simulacro.
Diatriba identitaria.
Exalta una identidad (nacional, religiosa, étnica) como superior.
Fragmenta el tejido social; legitima exclusión y políticas discriminatorias.
Efectos transversales en la gobernanza
- Desinstitucionalización: Las diatribas erosionan la legitimidad de los órganos de gobierno, debilitando su capacidad de acción.
- Gobernanza reactiva: Se privilegia la respuesta emocional sobre el diseño estratégico, lo que genera políticas volátiles.
- Reducción del espacio deliberativo: La palabra se convierte en arma, no en herramienta de construcción colectiva.
- Normalización de la violencia simbólica: La agresión discursiva se institucionaliza, afectando la ética pública. (Lo que está pasando en el Congreso de la Desunión)
En CJTOWN
Propongo un laboratorio de resistencia semántica, donde se desmonten estas diatribas y se reconfigure el lenguaje político como herramienta de metamorfosis ética.
Podríamos incluso diseñar un espacio de análisis de la diatriba.
Pero es mucha chinga y no hay patrocinios para ejercicios del pensamiento.
La diatriba en Juárez, no es solo un recurso retórico: es una coreografía política que revela las tensiones profundas entre gobernabilidad, representación y narrativa.
En el contexto juarense, la diatriba se ha convertido en un instrumento de coacción simbólica, donde el discurso público, o la actuación de gobierno, se carga de acusaciones, descalificaciones y dramatismo para disputar no solo el poder, sino el sentido mismo de lo político.
Manifestaciones actuales de la diatriba en Juárez
A partir de los discursos recientes en Chihuahua y Juárez, podemos identificar varias formas de diatriba que están moldeando el paisaje político:
- Diatriba electoral anticipada.
- Sistemáticamente se ha venido usando la diatriba para deslegitimar al gobierno federal, calificándolo de “autoritario y destructivo”.
- Esta estrategia busca construir alianzas opositoras no desde la propuesta, sino desde la denuncia moralizante, apelando al miedo y la indignación.
- Diatriba contra el gobierno estatal, como inoperante, carente de interés público, ineficiente y corrupto.
Señalar sistemáticamente a la gobernadora como persona agobiada por los humos del alcohol.
- Diatriba contra el gobierno municipal, señalando al alcalde sistemáticamente como ratero, narco alcalde, investigado supuestamente por la DEA.
- Diatriba institucional.
- Señalar las reformas electorales como amenazas a la democracia, usando un tono defensivo y combativo.
- La pluralidad se convierte en trinchera, y el Congreso en campo de batalla discursiva.
- Diatriba territorial.
- En el Valle de Juárez, productores rurales expresaron su frustración con frases como “Queremos vivir en Juárez como en Chihuahua capital”.
- Aquí la diatriba no viene del político, sino del ciudadano, como forma de resistencia simbólica ante el abandono institucional.
Efectos en la gobernanza juarense.
- Fragmentación del diálogo público: La diatriba reemplaza el debate por la confrontación, dificultando acuerdos interinstitucionales.
- Desconfianza ciudadana: El tono agresivo y acusatorio refuerza la percepción de que la política es espectáculo, no solución.
- Desplazamiento de lo ético: La indignación se instrumentaliza, y la ética pública se convierte en retórica vacía.
CJTOWN como antídoto.
Mi proyecto puede ofrecer una respuesta radical: no silenciar la diatriba, sino reconfigurarla.
Imaginemos un módulo dedicado a la “Diatriba Invertida”, donde cada discurso agresivo se someta al análisis semiótico, ético y narrativo, para revelar sus mecanismos y abrir posibilidades de metamorfosis.
Nomás por orear un poco los conceptos de Ferdinand de Saussure.
Bueno, también Charles Sanders Peirce, Roland Barthes, Umberto Eco, Julia Kristeva, Louis Hjelmslev, y Charles Morris.
Puedo seguir, pero luego se me duerme el auditorio.
Baste decir que la presidenta de Morena, en su visita a la entidad, además de arengar a sus huestes en el proyecto de afiliación y credencialización, vino a cocorear a la gobernadora, usando la diatriba como herramienta de demolición.
La respuesta fue inmediata.
La presidenta del CDE, del PAN, Daniela Álvarez, le dio respuesta puntual utilizando la diatriba como instrumento de contestación.
Y qué decir de la prensa antagonista al alcalde juarense… En vez de analizar sobre el ejercicio de los morenacos en Chiwas, lo único que reportan fue que se tomó unas horas de un día hábil, para ir a pasar lista con la presidenta de su partido.
Todos batidos entre las natas de la diatriba.
TIMING POLITICO


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