PROTOCOLOS
La reunión Corral-Bazán
Por Raúl Ruiz
Los que se dedican a la política, necesitan estudiar mucho, leer, acercarse al conocimiento de la historia, desarrollar su capacidad de negociación, sus habilidades diplomáticas.
De hecho, si el gobierno contratara funcionarios con habilidades diplomáticas; o bien, los partidos políticos capacitaran a sus cuadros con el conocimiento del protocolo diplomático y como materia obligada, acercarlos al método de negociación, seguramente la administración pública sería más eficiente.
La diplomacia, es voluntad de diálogo, de entendimiento, de comprensión y no necesariamente se aplica al ámbito internacional.
La diplomacia tiene como herramienta de plata la mediación. El principio de la diplomacia es negociar; no discutir. Es evitar la confrontación, es disolver cualquier clima de tensión.
Un político de altura, debe practicar la diplomacia siempre, habituarse a ella, tenerla como parte esencial de su trabajo. Y entre las cualidades que debe desplegar estarían las siguientes:
Tener prestigio como persona: de credibilidad reconocida, la reputación es tu principal carta de presentación.
Ser preciso en sus expresiones, no solamente hacerse notar por su capacidad intelectual, sino por su alta sensibilidad moral.
Ser reconocido por su buen carácter, su comprensión por los problemas a dirimir y su capacidad de moderación.
Nunca exaltarse, y anteponer la imparcialidad y firmeza. Defendiendo claro, su postura inicial, pero con argumentos.
Tendrá que ser modesto, para no dejarse envanecer y jactarse de sus victorias y éxitos.
Ser leal a su gobierno, a sus colores, a su gente.
Ser respetuoso al gobierno que lo hospeda, o a su adversario político.
Cumplir con todos los compromisos adquiridos. Su palabra es sello de garantía.
Todo este preámbulo viene al caso por la reciente reunión que tuvieron en el palacio de gobierno de Chihuahua, el gobernador panista, Javier Corral Jurado y el dirigente del PRI, Omar Bazán.
Recordemos que apenas una semana atrás el joven Bazán fue ungido como dirigente estatal del tricolor y entre sus primeras actividades como líder de los priístas, aceptó este encuentro con el gobernador.
La verdad no sé si él aceptó la invitación del gobernador, o viceversa, pero al abrir la semana, una de las notas principales, es encontrar la fotografía de ambos en el frente de los diarios y los portales de internet.
En redes sociales la crítica fue muy severa. Para los dos, pero más para Bazán a quien lo consideraron agachón y lame suelas.
Y es que la perrada feisbukera no entiende de protocolos, quiere ver sangre, quiere la confrontación como único recurso para ganarle al adversario.
La reunión entre ambos personajes habla de un comportamiento diplomático entre dos fuerzas políticas en sistemática y constante lucha electoral.
Si mucho me apresuran diré que, la obligación de conciliar en términos diplomáticos el devenir político y social del estado de Chihuahua debió ser provocada por el mandatario.
Es el principal actor político de la entidad, o sea la canica gorda del tablero, y por lo tanto, el responsable de mantener el equilibrio entre las fuerzas políticas de la entidad, pues de su entendimiento se desprende la conciliación entre los intereses de aquellos que no votaron por él.
Es tradición, sobre todo entre los panistas, criticar a sus representantes políticos cuando aparecen en fotografía con el adversario. Esta animadversión creció a raíz de la compra de voluntades que hizo el anterior gobernador, César Duarte Jáquez, quien tenía en nómina a panistas para su servicio político.
Esperemos que la reunión Corral-Bazán guarde las proporciones político-diplomáticas que nuestra sociedad merece y que le proporcione paz a la ciudadanía.
Por cierto, la búsqueda de la paz es otro de los principios de la diplomacia.
Hasta la próxima
TIMING POLÍTICO.
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