Por Raúl Ruiz
En las elecciones del 2018 hay una novedad; la aplicación electrónica para conseguir las firmas que exige el Instituto Nacional electoral a quienes desean competir por la vía independiente. La aplicación electrónica.
Una gran incertidumbre que luego se transforma en temor, agobia a los aspirantes a la candidatura independiente.
Pareciera que el organismo electoral juega con la posibilidad de éxito de los participantes.
En esta era posmoderna donde impera el conocimiento electrónico y el mundo vibra en espasmos de parto y crecimiento de una dimensión llamada inteligencia artificial, la democracia mexicana entra en un capítulo donde en apariencia se moderniza el sistema de recolección de firmas pero con topes y vallas que imposibilitan la aspiración de ser candidato Independiente.
El piso nunca estuvo tan disparejo como ahora. La autoridad electoral ha dispuesto como novedad el uso de una aplicación electrónica para la recolección de firmas que nunca permitirá alcanzar el cumplimiento del total.
Es un juego que nunca podrá ganar el participante. Como el de la vitrina con los monitos de peluche. Tienes una sola oportunidad de tomar el juguete con una tenaza de tres “dedos”, y cuando agarras el peluche, de manera increíble, la tenaza afloja un poco y el juguete resbala. Sólo te sacaron una moneda de diez pesos y tu frustración.
Hay que decirlo fuerte y quedito. La plataforma del INE, está “alterada”; socarronamente lenta. El tiempo de captura de cada firma, y subida a la plataforma, fluctúa entre los 11 y 20 minutos cada una. Lo que fastidia tanto a los capturistas como a los que pretenden apoyar a estos candidatos.
La intención es clara, se pretende desalentar a estos participantes y al electorado para que la opción sea la de votar por los partidos políticos.
Los aspirantes se han quejado ante los medios y ante el propio INE, pero no hay respuesta que les resuelva.
Los candidatos a la presidencia de la república, están condenados a perder su posibilidad de participación pues además de que el mínimo de firmas es de casi un millón, el tiempo para juntarlas nunca les resultaría suficiente.
Se necesitaría que los simpatizantes estuvieran formados en hileras como si fueran a comprar boleto para el clásico América-Guadalajara a mitad de precio.
Y los candidatos a diputados, al menos en Chihuahua, entraron ya a la fase de desesperación pues han recibido como respuesta de la autoridad, que el problema de lentitud de la plataforma es “perfectible”, pero no restituible.
No habrá tiempo extra para juntar las firmas.
Posiblemente si se solicitara un amparo habría cierta oportunidad de restituir el tiempo que se pierde.
Por otro lado, al parecer el diseño de la APP está hecho para que sean los equipos Ifhone y los inteligentes de más capacidad los que puedan acceder con esta “facilidad” de los 11 a 20 minutos por firma. Los otros, más chafitas, no.
Sólo equipos de 8 a 15 mil pesos pueden acceder.
Imaginemos una cuadrilla de 30 capturistas, pues es una inversión de cuando menos 300 mil pesos. Pero aun así, el tiempo no les alcanzaría.
NACIDOS PARA PERDER
Los independientes de esta generación nacieron para perder.
Primero porque no tienen oportunidad de promover su ideario político. Se les prohíbe aparecer en cualquier medio de difusión. No pueden decir siquiera que tienen interés por la sociedad a la que pertenecen.
Están condenados al fracaso porque la gente observa también que son desechos políticos de los partidos, o proyectos muy bien dirigidos de otros “independientes”, como es el caso de Ciudad Juárez.
Finalmente. ¿Cómo convencer a alguien que te dé su firma, en la vía pública? La gente tiene sus actividades, y no va a gastarse veinte minutos en un aspirante al que no conoce siquiera.
Este tipo de “democracia” es inducida sin lugar a dudas.
TIMING POLÍTICO.
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