Timing Político

La política tiene su propio Timing

Después de la elección, recuento de los daños.

Por: Jesús Ávila Ventura.

Amigos en conflicto, partidos quebrados, un país dividido y esperanzado.

Terminaron las elecciones, y como siempre, hay ganadores y derrotados. Ya han transcurrido casi dos semanas de que millones de mexicanos se lanzaron a una guerra electoral sin cuartel sin que éstos fueran candidatos, parte de algún equipo de campaña, es más, ni siquiera pertenecientes a uno de los partidos políticos en disputa.

Empecemos a la inversa, del ciudadano de a pie, hasta el político y sus partidos.

En estos comicios se dio una batalla campal como nunca se había dado entre los ciudadanos, tal pareciera que ahora el hartazgo hacia los partidos tradicionales los impulsó a tomar por asalto las redes sociales, en especial, Facebook, por donde a diario intercambiaron miles de memes, encuestas, notas reales y de “fake news”.

Dichas publicaciones tenían como destinatarios, no solo a sus contrincantes ideológicos, sino a su círculo de conocidos y de amigos, con los que coincidió en algunas de sus posturas, sin embargo, en muchas otras, lo llevó a discutir acaloradamente y hasta perder esa amistad, sobre todo, con aquellos cuyas posturas eran más radicales.

A once días de terminada la contienda electoral, cada político en cuestión volvió a su partido correspondiente, y los partidos a su vida cotidiana, mientras esos ciudadanos de a pie siguen enojados, bloqueados en sus redes sociales, porque ellos si vivieron esa lucha ideológica, mientras los contendientes políticos solo fueron en pos de un cargo público.

“Los Chairos” odian rabiosamente a los “derechochairos”, y viceversa. Las frustraciones se siguen destilando en las redes, y ningún llamado a la unidad por México vale. No se ve a corto plazo, y quizá ni a mediano, indicios de que la sociedad conjunte esfuerzos para empezar a remendar este país hecho trizas por todos los expresidentes que antecedieron a López Obrador.

Lo que no entienden muchos ciudadanos es que la política no se ejerce con insultos, más bien la denigra; divide al ciudadano y a la sociedad misma.

Te hare unas preguntas directas a ti: ¿Qué ganas con insultar a tu semejante? ¿Te lo aplaude o reconoce tu candidato? No. Solo tú terminas mal con todos los que insultas. ¿Y los políticos? Ellos, después de la elección, vuelven felices a sus casas; y al día siguiente ya están tomando un café felicitando a su contrincante y pensando cómo se van a acomodar en el nuevo Gobierno o en la próxima contienda.

En lo correspondiente a los partidos, la ruptura se dio meses previos a la elección, cuando en el Partido Acción Nacional (PAN) se eliminó la elección interna de su candidato a la presidencia y se designó directamente a Ricardo Anaya, dejando fuera de la jugada a la otra aspirante, Margaría Zavala, lo que provocó una desbandada de panistas hacia la candidata independiente que terminó, en gran medida, apoyando a AMLO.

Actualmente militantes del PAN exigen la renuncia de Anaya y de toda la dirección del partido tras perder las elecciones del pasado 1 de julio. Cinco grupos en el PAN se perfilan a entrar a un proceso interno para renovar no sólo la presidencia nacional, sino las dirigencias de los nueve estados donde hubo elección el 1 de julio.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) pierde la presidencia, su influencia en el Congreso y gubernaturas, tras múltiples escándalos de corrupción donde gobernantes, ex funcionarios, y el mismo presidente Peña Nieto se vio envuelto. La sucesión de la dirigencia en este instituto político también se ha precipitado raíz de la derrota electoral.

Mientras que el Instituto Nacional Electoral (INE), cuando dio a conocer los resultados finales de los cómputos distritales para la elección presidencial, dijo que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) el Verde Ecologista de México, (PVEM), Movimiento Ciudadano (MC), Nueva Alianza (Panal) y Encuentro Social (PES) podrían perder su registro a nivel nacional al no alcanzar el 3 por ciento de la votación total.

El único gran ganador fue Morena. Ganó donde siempre perdía y arrasó donde siempre ganaba. Tiene la Presidencia de la Republica, obtuvó 5 de 9 gubernaturas en disputa y la mayoría en el Congreso de la Unión.

Sin embargo, pese a este panorama de rupturas entre partidos y ciudadanos, permea una esperanza de que en esta ocasión si ocurra ese cambio tan anhelado que requiere el país, por las altas expectativas que despertó AMLO. Ojala no caiga en la decepción, como sucedió en su oportunidad con Vicente Fox, quien despertó esa misma esperanza y llegó con gran aceptación de la población, pero terminó siendo más de lo mismo.

Lo que sigue es un trabajo conjunto de gobierno, partidos y sociedad; todo es cuestión de darle tiempo al tiempo y ser un apoyo y no un obstáculo; Si no funciona este nuevo gobierno es fácil la solución: Cambiarlo. Sé que es un deseo quimérico, pero se vale. Eso es lo bueno de la democracia.

 

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