SABADO 9 NOVIEMBRE 2024
La primera lectura sobre las elecciones de este 5 de noviembre en Estados Unidos confirmó lo que las encuestas electorales habían pronosticado: una contienda reñida. Además de esto, se ha comentado que el ganador “tiene la obligación moral de reconstruir una confianza perdida en una nación dividida”. La población en Estados Unidos está dividida, polarizada, eso nos indica el resultado electoral.
La derrota de Kamala Harris arrastró consigo la pérdida de escaños demócratas en la cámara de representantes, así como en el senado. Aunque en teoría empató la elección, no hubo un discurso que sacara las fortalezas de su figura como mujer para conseguir más votos, ella, Kamala, representaba más de lo mismo del actual gobierno de Joe Biden y no supo el cómo poner o no transmitió una línea entre ella y el gobierno actual.
Los indecisos marcaron la derrota y la victoria. En la opinión de los estadounidenses no veían un liderazgo en Kamala Harris pero tampoco veían una opción en Donald Trump por el temperamento y discurso que hoy es incierto en la política norteamericana. El aumento en el precio de los alimentos, aumento en el costo de la vivienda y otros factores estuvieron presentes en la mente de los electores que a última hora salieron a votar.
Los “estados columpio” definieron por estrecho margen al ganador de la contienda electoral, lo que debe ser tomado en cuenta en las acciones de gobierno, pues prácticamente estos mismos estados hace cuatro años fueron benéficos para Biden y ahora cobraron la factura de compromisos y promesas de campaña no cumplidas. Pensilvania, uno de esos estados, sigue siendo la joya de la corona en las elecciones presidenciales.
¿Cómo impactará en México el resultado de las Elecciones en Estados Unidos?
Al menos se deben identificar tres aspectos en los cuáles se deben atender como prioritarios los mensajes que mande la presidenta Claudia Sheinbaum ante la amenaza del cierre de la frontera con acciones de gobierno y evitar que más personas (mexicanas y/o centroamericanas) vayan hacia Estados Unidos.
Viene entonces otra crisis de migración para el próximo año entre ambos países. La política migratoria será más complicada, como lo evidenció en el primer gobierno Donald Trump. Se pondrá más dura la tramitación de la obtención de la ciudadanía para quienes ya tienen ese derecho y aún no la obtienen en el país vecino, siendo en el caso de los compatriotas mexicanos quienes más van a tener problemas en ese sentido.
La relación económica también va a ser afectada. La imposición de aranceles nuevos o existentes con nuevas tasas impositivas a ciertos productos para tratar de competir en lo comercial e industrial también fue un mensaje de campaña. Se comenta que será una relación complicada pues también afectará la relación comercial entre los estados fronterizos de ambos países en los cuáles hay una dependencia económica muy fuerte. Puede provocar una recesión económica regional, evitando que de un lado o del otro se hagan compras como medidas “proteccionistas” a ciertos productos y mercancías.
El triunfo de Donald Trump también significa un peligro en las relaciones México – Estados Unidos. En campaña sus palabras en los discursos fueron motivadas para ganar votos. En el primer periodo de su gobierno, usó la bandera de una lucha contra la inmigración, la pérdida de trabajos en Estados Unidos, la guerra contra el narcotráfico y otras luchas fallidas asegurando que eran culpa de los mexicanos. En esta segunda etapa de un gobierno electo, va a reproducir la misma oratoria xenofóbica en contra de México para justificarse en su segundo mandato.
En conclusión, el triunfo de Donald Trump en contra de Kamala Harris, no es algo alentador para México. Deberá trabajar el gobierno mexicano con diplomacia y ser más inteligente para que no sea tomada la presidencia de Claudia Sheinbaum Pardo como piñata, concediendo a primera vista las solicitudes y ocurrencia de un presidente que llega al poder con mayoría en la cámara de representantes y en la de senadores. Además, como cereza en el pastel, tiene al mundo y a los propios estadounidenses en la incertidumbre de cuál será su papel una vez que tome protesta el 20 de enero del 2025.
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