En la Muestra «Las regresiones oníricas de Jacinto».

Por: Jack Ro

CD. JUÁREZ, CHIH.- El último soliloquio de Jacinto, una obra dramática personificada y escrita por Rubén Torres, será puesta en escena, dirigida y adaptada al teatro por la maestra Claudia Gutiérrez Chaparro, producida por la Compañía Alquimia Teatro.

En la Muestra de Teatro de otoño, en el Teatro de la Nación, conocido como la Casa de la Asegurada, ubicada en las calles: Panamá y 20 de Noviembre, se presenta esté sábado 7 de octubre a las 19:00 horas.

El libreto escrito por Torres es un soliloquio ambientado por recuerdos en una regresión amorfa y onírica, manifestada en una obra trágico surrealista, que es una ficción, atípica, atemporal, contemporánea e utópica.

Que gira entorno a la percepción del mar caótico de la existencia en el existencialismo de existir en el momento de salir a la vida y ser privado de la maternidad que se sacrifica por dar a luz a un nuevo ser y éste en su desarrollo humano, añora inconscientemente tratar de restituir la ausencia de un fantasma que habla interiormente en el laberinto de sus pensamientos.

Incomunicados por los muros de los recuerdos que se trasmutan, se bifurcan en analogías e ilusiones y fantasías a través del deseo de dar forma a los sentimientos que renacen en fantasmales re-pensamientos que dialogan con su memoria interior, que no encuentra el camino de la conciencia y se pierde en la subjetividad.

Ni tampoco encuentra el sendero de la verdad, que a ciencia cierta el desconoce, sino más bien lo identifica instintivamente en adivinaciones demonológicas, aquellas que le fueron trasmitidas en fragmentos por el lenguaje, que él mismo trasformo, al no encontrar una respuesta en la cual pudiese contener un sentido a imaginarlas, por lo cual busco otras formas para sustituir el vació de su ausencia.

En los periodos de su vida, donde su madre adoptiva y la partera le comunicaron sembrándole esos recuerdos que el fantasía en una irrealidad llena de oquedades producidas por la ausencia de razón, en un mundo donde se pierde la valoración tradicional de tener un padre y una madre y donde Jacinto, lo único que quiere, es conocer su origen y este, lamentablemente, le es velado e impuesto por otro que lo atormenta al final de su vida, donde regresa para encontrar un sentido a su existencia.

Producto de la inmadurez de aquellos que jugaron con su conciencia, sin saber las consecuencias de los actos fallidos de los adultos que coparticiparon en la trama de la ironía enmascarada de verdad, que vivió en la memoria de un anciano a punto de morir, que sueña ser él, en el no ser.

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