
POR JACK RO
MIERCOLES 12 MARZO 2025
Nietzsche veía las ruinas de la cultura como una oportunidad para la creación de algo nuevo y más vital. En lugar de lamentar la decadencia cultural, él sugería que se podía y debía superar, imaginando y construyendo un futuro más audaz y significativo.
CD. JUAREZ, CHIH.- La Plaza Cervantina se erige como un símbolo que refleja tanto los desafíos como el potencial de la sociedad juarense. En la década de los 80s, este espacio emergió como un importante centro cultural y artístico, donde se desarrollaban talleres de producción de pinturas y se reunían artistas, músicos, pintores, actores, escultores, fotógrafos, poetas, periodistas y académicos, entre otros. A pesar de su declive con el paso del tiempo, hay un impulso creciente para promover los derechos culturales y revitalizar este espacio, reconociendo su valor histórico y su capacidad para ser un lugar significativo para la comunidad una vez más.
Fundada en la década de los cincuenta, la edificación de este centro se destaca como una parte esencial del Centro Histórico de Ciudad Juárez. Su función como corredor comercial y foro de expresión para artesanos y músicos subraya su importancia. Sin embargo, la disminución de la afluencia de turistas y el cierre de negocios han indicado un declive en la vitalidad de la plaza.
La Plaza Cervantina se presenta como un «espejo» que refleja una cultura en el olvido y no apta para el recreo familiar. Este tipo de lugar encarna aspectos esenciales de una sociedad decadente y olvidada, plasmada en sus muros. La expresión «vegada sombría y deformada por el tiempo» sugiere una connotación negativa, destacando la degradación y el desgaste que ha experimentado la sociedad a lo largo de los años, como consecuencia del descuido y abandono de sus valores culturales y su herencia histórica.
Al no preservar ni valorar adecuadamente estos aspectos, la sociedad ha permitido que se degraden, resultando en una pérdida de identidad y significado cultural.
Actualmente existe una dualidad de «abandono y potencial» que encapsula una reflexión común en la sociedad artística, así como en la sociedad civil. En muchas ciudades, los esfuerzos de desarrollo y revitalización se centran en nuevos espacios para la cultura.


Por un lado, la Plaza Cervantina representa un espacio con gran valor histórico y cultural que ha sido descuidado, sugiriendo la necesidad de invertir en su rehabilitación para preservar y revivir ese legado, ya que hasta la fecha está en condiciones deplorables y no apto para el turismo ni para las familias en general.
En el contexto de la Plaza Cervantina, esto se refleja en su estado actual de abandono, contrastado con su pasado vibrante como un centro de reunión y expresión artística. Este contraste subraya la importancia de recordar y revitalizar estos valores culturales para evitar que se pierdan por completo.
Enfocar los esfuerzos en el crecimiento y desarrollo de otras áreas de la ciudad, como el surponiente y el oriente, también es una estrategia valiosa. La creación de centros culturales, teatros y museos en estas zonas no solo mejora la infraestructura, sino que también proporciona espacios cruciales para la niñez y la juventud. La infraestructura cultural es esencial para fomentar la creatividad, la educación y el desarrollo personal. Estos espacios actúan como puntos de encuentro donde las nuevas generaciones pueden explorar su potencial, desarrollar habilidades artísticas y participar en actividades educativas y recreativas.
El desafío radica en encontrar un equilibrio entre la revitalización de áreas históricas, como la Plaza Cervantina, y el desarrollo de nuevas infraestructuras en otras zonas de la ciudad. Ambas estrategias son necesarias para preservar el legado cultural y, al mismo tiempo, garantizar un futuro prometedor para las nuevas generaciones. El desarrollo de centros culturales y museos en otras partes de la ciudad puede tener un impacto positivo significativo. Estos lugares no solo enriquecen la vida de los residentes locales, sino que también pueden atraer turismo, promover la economía local y crear una comunidad más cohesionada.
En última instancia, invertir en la revitalización de espacios históricos y en el desarrollo de nuevas infraestructuras culturales es una inversión en el futuro de la ciudad y su gente. Mantener un enfoque equilibrado permitirá preservar el pasado mientras se construye un futuro lleno de oportunidades para todos.


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