Timing Político

La política tiene su propio Timing

LA SILLA EMBRUJADA DE CABADA

Por: Jesús Ávila Ventura

 

“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”

Nicolás Maquiavelo.

 

En política, en nuestra política, la frase “La silla embrujada” nada tiene que ver con un hecho sobrenatural, más bien tiene un significado simbólico asociado con la ambición por el poder y como los políticos se transforman una vez que llegan a tenerlo.

“La silla embrujada” tiene su origen en la época revolucionaria, cuando Emiliano Zapata y Francisco Villa llegaron a Palacio Nacional, cuando al primero le fue ofrecida la silla presidencial dijo que no se sentaría en ella porque estaba embrujada, por lo que le había pedido a su hermano Eufemio que fuera directamente hacia la silla, y que no permitiera que nadie se sentara en ella, debido a las fuertes consecuencias ideológicas y simbólicas que esto podría implicar.

Sin embargo, Pancho Villa dijo con la ironía que lo caracterizaba ¿Y por esto nos estamos matando?”, y se sentó. De ello existe una famosa foto ya conocida por todos.

Pasaron los años. Presidente tras presidente, del PRI y del PAN, se sentaron en la actual silla presidencial sin hacer referencia a ese episodio histórico; cada uno gobernando a su manera, unos mejor que otros, o mejor dicho, unos menos peor que otros, y cumpliendo el dicho de Zapata: Una vez que llegaron al poder se olvidaron de las promesas de campaña, saliendo casi todos en medio de acusaciones de corrupción y repudiados por los ciudadanos.

No fue sino hasta el triunfo del partido de Morena, cuando Andrés Manuel López Obrador compartió que tras su llegada a Palacio Nacional, decidió realizar una limpia a la silla presidencial que estaba en su escritorio, pues, recordó que Emiliano Zapata decía que “estaba embrujada”.

Trasladándonos a nuestro entorno local, el pasado 10 de octubre del 2016, Armando Cabada Alvidrez tomó posesión de la Presidencia Municipal de Cd. Juárez en un primer periodo de dos años, para después reelegirse por otros tres años más con un margen mucho menor de votos.

Pues bien, el primer día realizó un recorrido de trabajo por el edificio administrativo, y al llegar al despacho del presidente, Cabada dijo ante los medios de comunicación que no se sentaría en esa silla que habían utilizado sus antecesores, y le colocó encima un letrero amarillo  con la leyenda “Peligro, quien se sienta en esta silla, pierde la cabeza”.

“Decidí no utilizar la «Silla presidencial» y me traje la que tenía en la oficina de campaña, para no perder el piso y tener siempre los pies en la tierra”, fue lo que escribió el alcalde independiente en su cuenta del Facebook.

Sin embargo, la nueva silla que trajo también resultó “embrujada”, ya que terminó su primer periodo de dos años,  y ya va por el primero de este nuevo periodo de tres años, y nada mas no se le ven grandes acciones de gobierno, solo pequeñas obras de pavimentación, de operativos de limpieza y muchas acciones de lucimiento mediático, como el colocar pantallas gigantes en la Plaza de la Mexicanidad, en la “X”, para transmitir los episodios de Dragón Ball Z o algún partido de fut bol de Los Bravos.

Sus grandes propuestas de campaña: “Cero baches” y “Juárez Iluminado” han quedado solo en intentos. Hoy en día la ciudad sigue llena de hoyancos y en cuanto al alumbrado público, tal pareciera que nada más entró a gobernar y se apagaron las lámparas masivamente en toda la ciudad. Hasta las malas lenguas aseguran que las apago intencionalmente para forzar la aprobación de su proyecto de alumbrado.

En cuanto a la inseguridad pública, no se le puede achacar todo al alcalde Cabada, puesto que es una responsabilidad compartida entre los tres niveles de gobierno; sin embargo, en lo que le corresponde al municipal, tampoco se ha visto grandes avances, y con la falta de alumbrado público, recorrer las calles de la ciudad por la noche se ha vuelto un verdadero peligro.

Por ende, el ciudadano le cobró la factura política por su falta de resultados cuando Armando Cabada se lanzó por la reelección; ya que, de la avasalladora cantidad de votos que obtuvo en su primera elección de 209 mil 762  sufragios, contra los 107 mil 378 votos de su más cercano contrincante, el priista Héctor Murguía; en esta segunda elección, muy apenas Cabada se pudo reelegir por una diferencia mínima de 489 votos, y eso tras una pelea que se dirimió en los tribunales electorales con su adversario de Morena, Javier González Mocken.

Amén de que todos los candidatos “independientes” a diputados que él apoyó perdieron la elección.

Aun con estos resultados, el alcalde independiente le sigue apostando todas sus canicas a su programa “Juárez Iluminado”, con el que pretende recobrar el terreno perdido en la confianza ciudadana y lanzarse con todo por la gubernatura de Chihuahua en el 2021. Su mente se encuentra más en el Palacio Estatal que en el edificio de la Presidencia Municipal.

Y eso que Cabada no se sentó en esa silla embrujada, si lo hubiera hecho, “Dios nos agarre confesados”.

TIMING POLÍTICO.

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