Por: Eduardo Borunda.
Las encuestas electorales en México han tenido diversos papeles en la historia de los procesos electorales. El peso de las mismas ha sido diferente antes del año 2000 las encuestas no eran necesarias ya que el pronóstico del resultado electoral era predecible desde el destape del candidato presidencial. Posteriormente a la primera alternancia, las encuestas tomaron cierta credibilidad, sin embargo, las mismas han sido inestables dándole un uso político, tratando de influir a través de ellas a los electores en realidad debe servir para la toma de decisiones y adecuar las estrategias de campaña.
Así las cosas, las últimas encuestas reflejan una tendencia nacional a favor de Andrés Manuel López Obrador, si comparamos este dato interesante podemos decir también que en el año 2000 ninguna encuesta daba como ganador a Vicente Fox Quezada. Los datos del año 2006, contradijeron los sondeos opinión, dando como ganador en una elección muy cerrada. Moraleja, no podemos confiar al 100 por ciento en las encuestas cuando estas tienen un uso mediático. Es decir, las elecciones no se ganan con encuestas.
En el año 2016 todas las encuestas daban como vencedor a Enrique Serrano Escobar, candidato a gobernador del estado de Chihuahua, igual pasaba con el carismático Héctor Murguía Lardizábal candidato a presidente municipal de Juárez y ninguna daba posibilidades como ganador a Javier Corral Jurado ni a Héctor Armando Cabada Alvídrez. La primera conclusión, parcial por supuesto, las encuestas pre electorales nos dicen una cosa y los resultados de la jornada electoral otra.
Los resultados que arrojan las diversas encuestas reportadas al Instituto Nacional Electoral (INE) nos permiten delinear ciertas características de los candidatos y la percepción ciudadana sobre las campañas electorales. Por ejemplo, GEA, casa encuestadora, menciona dentro de sus principales resultados que uno de 4 electores no se identifica con ningún partido político, la misma encuesta señala que es el PRI el partido político que cuenta con una base sólida con el porcentaje más alto de voto duro con un 23%, le sigue MORENA con un 20% y el tercer lugar lo ocupa el PAN con un 17 %.
Buendía y Laredo, casa encuestadora, señala que las campañas observados por los ciudadanos el candidato más atacado es Andrés Manuel López Obrador, en cuanto a las propuestas los electores opinan que Ricardo Anaya es percibido con el más alto porcentaje de propuestas con un 37.9%, José Antonio Meade tendría un 32.1% y finalmente, Andrés Manuel López Obrador tendría un 31% de propuestas. El contraste de este indicador es como se ha dicho, la percepción de los electores, de acuerdo con el comportamiento de las mediciones de las encuestas.
Casa Mitosky señala entre sus resultados que un 28.1% de los electores no saben por quién van a votar significativamente, las mujeres votarían un 9% menos por AMLO mientras que entre los universitarios el voto negativo se refleja en contra de Meade.
Berumen y Asociados, menciona que las encuestas también favorecen a AMLO, en donde el voto útil es favorable a Ricardo Anaya, la tasa de indecisos es del 20%, según ellos. En esta misma casa encuestadora hay un empate técnico entre PAN, PRI y MORENA y las identidades partidistas. En estos contextos las encuestas tratan de influir en los más de un millón 69 mil 570 electores del listado nominal del Municipio de Juárez. Faltan menos de dos meses para que México elija a las próximas autoridades federales y locales, el debate del próximo 20 de Mayo será una de las últimas oportunidades para convencer a los electores y de pedir el voto que los lleve a la silla presidencial. La pregunta que está pendiente es: usted, ya sabe ¿Por quién va a votar?
En conclusión, podemos afirmar que las encuestas sirven para tomar decisiones, no para ganar elecciones. En el 2012, hubo candidatos que ganaron las redes sociales, pero perdieron las elecciones. Entonces, los candidatos y partidos políticos que tengan mayor capacidad de movilización el día de la elección serán quienes se alcen con los triunfos electorales. El 2 de julio, podemos contrastar las afirmaciones aquí dichas.
TIMING POLÍTICO.
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