Por: Raúl Ruiz.
Usted no está para saberlo, pero yo sí para contarlo. Entre las pasiones que me arroban, está la del estudio de la Guerra. Es una materia imperativa para la asesoría política.
En esto del estudio de la Guerra, podemos hacer una serie de clasificaciones para desmigajar los diversos conflictos que se sufren en el país, y el mundo; pero seguramente nunca terminaríamos por descifrar tantos y tantos que se dirimen a diario en este planeta cada vez más violento y hostil.
Enumeraré algunos tipos de Guerras:
Guerras Jurídicas. Guerras Civiles. Guerras Políticas. Guerras de Fines Limitados para seguridad del Estado; Guerras de Secesión; Guerras de Emancipación o de Rebelión. Guerras de Coaliciones.
Guerras Económicas. Guerras de Expansión Colonial con fines territoriales, económicos o comerciales; Guerras de Expansión Periférica. En ambos casos los fines específicos pueden ser: Para ampliar el dominio o poder territorial; Para ampliar el poderío económico; Para ampliar el poder político demográfico.
Guerras Morales e Ideológicas. Guerras Religiosas; Guerras Raciales; Guerras de Expansión Ideológica; Guerras en Defensa del Honor, Dignidad Nacional, Prestigio, etc.
Una tipología más técnica de la guerra sería:
Guerra absoluta, Guerra de psicológica, Guerra Nuclear, Guerra química, biológica, bacteriológica, Guerra de baja intensidad, Guerra asimétrica, Guerra de cuarta generación, Guerra climática, Guerra sucia, Guerra electrónica. De la cual se desprende la guerra de los trolls, los boots, los troublemakers, y otras variables de las redes sociales.
Antes de morir el siglo XX, Alvin Toffler escribió un libro al que tituló LAS GUERRAS DEL FUTURO.
En esta obra, Toffler comenta que la guerra «tradicional» ya no existe. Ni siquiera la guerra de guerrillas ni la llamada Guerra asimétrica.
Es más, en las Guerras Futuras, los soldados llegarán a ser robots y se destruirán entre sí. Pero lo que sí es cierto, es que los seres humanos siempre estamos en conflicto y por más que lo intentemos, pocas veces podemos convivir en paz.
Me interesa hoy destacar que en esta era de la posverdad, donde impera el Fake news y la manipulación en redes sociales.
Donde la basura mediática se desplaza entre la comunidad feisbukera o twitera. Donde los boots son personalidades perniciosas y vomitivas. Descubrimos lastimosamente que la “opinión pública” flota y bucea entre rebosantes furgones de estiércol.
Conforme avanza el tiempo, nos queda claro que necesitamos escuadrones de la desinformación para posicionar nuestra imagen.
En un estudio realizado por Samanatha Bradshow y Philip N. Howard, de la universidad de Oxford, cuyo título es “Troups, Trolls, and Trublemakers: a global inventory of organized social media manipulation”, se analizó el papel de estos reclutas cibernéticos como estrategia de comunicación para manipular el juicio popular en redes sociales.
Les llaman Cyber Troops. Y las utilizan desde el gobierno, los militares, partidos políticos, organizaciones civiles y grupos de interés para manipular la opinión pública en redes sociales.
Son equipos de 20, 50 y hasta 100 jóvenes que crean perfiles falsos para atacar a sus oponentes según sea la estrategia de su jefe superior.
Es un fenómeno de la comunicación electrónica que cobra interés recientemente en México, pero existe desde 2010 en Estados Unidos.
En Ciudad Juárez, comienza a darse ya este fenómeno aunque solamente se tenga identificado el equipo de boots que trabaja para el alcalde Armando Cabada Alvídrez y que tiene un presupuesto de más de tres millones de pesos anuales por concepto de honorarios a este ejército de trolls. Seguramente para las elecciones 2018 tendremos conocimiento de otros ejércitos que combatirán en el Facebook y generarán más estiércol cibernético.
En el siguiente capítulo hablaré del uso político del comediante, una variable mediática para manipular la opinión pública también.
TIMING POLÍTICO.
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