Timing Político

La política tiene su propio Timing

Por: Raúl Ruiz

 

Madrugada. La lluvia cae. Una rica sensación de tranquilidad te embarga.

El olor de la ciudad es otro. Ya no huele a heces, gas que se fuga, o a incandescencia de motores en este asfixiante mar de carros, que es Ciudad Juárez.

La entropía que se produjo en el verano, dejó de lacerar tus pulmones.

Aunque sea momentáneamente estás relajado, y agradeces al creador por la bendición refrescante.

La temperatura ha bajado de 38° a 21°c. Y supones que el día será igualmente agradable que tu despertar.

Tomas café. Y olvidas la incomodidad de esa gotera que te arrebató el sueño a las tres de la mañana.

El frescor lo vale.

Una galletita de canela dulcifica tu paladar y saboreas el contraste con tu café negro,

El ventilador está apagado. Y sueñas que habéis despertado en San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes o Querétaro.

Un nostálgico suspiro llena tus pulmones y entrecierras los ojos para fijar en tu mente los recuerdos de tu fugaz existencia.

El baño fue igualmente placentero y te dispones a salir. Una sonrisa ilumina tu rostro y al abrir la puerta, recibes de lleno un golpe de quietud tan agradable.

Subes al auto y conforme avanzas, la sensación cambia.

La ciudad inundada. Autos varados. Coladeras que se tragan los vehículos. Baches inmensos.

El deterioro urbano asoma conforme baja la inundación.

El resultado de la lixiviación es terrorífico.

Acabas de ver la cinta, Ad Astra, con Brad Pitt, y no das crédito como en la luna, sí en la luna, el suelo está más parejo que en Ciudad Juárez.

La persecución de piratas intergalácticos contra el muchacho de la película, es sensacional. No pisan ningún bache entre la inmensidad de un terreno lunar, donde se supone está lleno de cráteres.

En una lexiviación minera, el resultado de extracción de la materia, mediante la acción de un disolvente líquido, es oro, plata, cobre, etc.

Y te enteras dramáticamente que en la lexiviación natural por la caída de la lluvia pertinaz, es el deterioro total. Y piensas… ¿Por qué solamente aquí? ¿Por qué en Querétaro o Guadalajara la lluvia nos hace sonreír, y cantar?

Te das cuenta que el concepto de ciudad cambia según las coordenadas, por la educación de sus hijos, la concientización de sus conductores políticos.

Ciudad no sólo es calles, carros, bloques de granito y urbanismo maltrecho.

Ciudad es, vida, educación, desarrollo económico, movilidad urbana. Pero ante todo, ciudad es… Pensar.

Pensar infraestructura, pensar calidad de vida, estado de derecho, sistema de justicia.

Pensar futuro. ¿Qué queremos? ¿Ciudad caos? ¿Ciudad consumo? ¿Ciudad marca?

Sigues en tu trayecto por la ciudad caos y reflexionas:

Vivo en una ciudad de consumo, sitiada por influencias endógenas y exógenas como la violencia, la corrupción, la impunidad, el abandono, el desgobierno, la marginación y todas las calamidades que contrae la globalización.

Aún no llegas a tu destino y el odio te ha invadido de nuevo.

Estás confundido. «Yo estoy mal porque otros están bien»: razonas.

Pero, ¿por qué no podemos todos estar bien? ¿Cómo logramos acumular tantos agentes negativos?

Apenas te «cae el veinte» y reaccionas… ¡Cabada no es el culpable de haber caído en este deterioro! El culpable has sido tú por permitir su arribo al poder.

Piensas hacer voluntariado político y te da weba.

Piensas hacer activismo intelectual y antes de pensar… Ya estás cansado.

¿Cómo despojarnos de lo negativo? ¿Cuándo abandonar nuestro cliché de víctimas y actuar?

No sé, mejor que otros exploren el futuro. Tú retornarás a tu vida de consumo, de comida rápida, de obesidad, de volatilidad. De individualidad críptica.

Que otros reinventen Juárez.

TIMING POLÍTICO. 

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