noviembre 6, 2025

Timing Político

La política tiene su propio Timing

LOS DESPIDOS DICEN QUE ALGO ANDABA MAL.

Por: Luis Carlos Carrasco Martel.

Después de 23 meses de gestión, la administración municipal presidida por Armando Cabada Álvidrez, logró lo que para muchos se veía imposible, su reelección. Días después de su asombroso logro, si lo quieren ver así, en tiempo y forma, hace el anuncio de cambios en su gabinete; la medida de inmediato te dice que algo no andaba bien dentro de su gobierno; más allá de tratar de ver estos cambios como ajustes, ¨necesarios¨ como pretende hacérnoslos ver el alcalde. Su decisión tiene interpretaciones variadas según enfoques muy personales de amigos, articulistas, pero me voy preferentemente por el del orden político.

Si verdaderamente se trata de generar un ambicioso proyecto político en torno a la figura del nuevamente presidente municipal,  habrá de tener que encabezar de inicio una administración municipal renovada. No hay duda que Armando le quedó mucho a deber a la ciudadanía juarense, no cumplió del todo, no está satisfecho, menos el ciudadano.

En su anuncio a la opinión pública el alcalde Armando Cabada, si no con el rostro desencajado, si de insatisfecho, se expresó lo mejor que pudo tratando de justificar de algún modo su accionar. Hay etapas de la vida donde se deben hacer ajustes, esos ajustes por poco lo incluyen por mandato popular. Las remociones que realiza forzosamente tienen que ver con la pérdida de confianza, más que por incapacidad de los funcionarios, de ser así, se hubiera quedado solo con un puñado de funcionarios.

Las facturas pasadas quedan saldadas, vale la pena mencionar, dejó fuera a dos ex funcionarios de primer nivel y de su entera confianza, de verdad muchas cosas, no son lo que parecen; María Antonieta Pérez Reyes y Alejandro Loaeza Canizales, este último sustituido en su primer encargo como secretario técnico por el compadre del presidente, me refiero al político Víctor Valencia de los Santos, mientras no pretenda incursionar en áreas de seguridad pública podrá mantenerse a salvo sin ninguna raspadura en la secretaría técnica y se hace alusión considerando su triste pasado que a partir de asumir el encargo como director de la Cipol, su experiencia y trayectoria política que está muy por encima de la del propio alcalde, se vino, cayó. Armando Cabada entenderá que más allá de lealtades eternas y con proyectos propios los dos funcionarios salientes pasaran a las filas de enemigos políticos.

Si el interés de Armando Cabada es ser gobernador de la entidad, cuántos años creen ustedes que gobierne Juárez, nuevamente vendrán un cúmulo de solicitudes de licencia en aras de su proyección futurista. Por lo pronto un periódico digital ya lo ve con dichas aspiraciones toda vez que empezó a golpetear al otro alcalde independiente, pero de la ciudad de Hidalgo del Parral Alfredo “El caballo” Lozoya que por naturaleza va en “caballo de hacienda” hacia la gubernatura del estado, luego de arrasar en la pasada contienda electoral donde ni el efecto AMLO logró diezmar su imagen; sin embargo los escenarios serán distintos al pasado proceso electoral, así las opciones habrán poco a poco de irse definiendo. A golpe de timón Armando Cabada debe cumplir cabalmente con las expectativas planeadas, deberá corregir el rumbo lo antes posible.

Los cambios y ajustes en el esquema de gobierno deben ir acordes a los ideales y objetivos, de cierta forma inducidos no solo por el propio Armando Cabada, sino de su séquito de funcionarios encabezados por Víctor Valencia y de Iván Pérez, ambos de inicio por su trayectoria apuntalan desde ahora buscando la presidencia municipal en esta frontera.

El que hasta ahora ha quedado descobijado en las causas independentistas es el comunicador Eleazar Lara, su frustración por no alcanzar objetivos personales le puede indicar que la política no es su fuerte o que 20 o 30 años, no sirven de nada trabajando en un medio ciertamente a no ser que seas el dueño; esperemos que al final de los anunciados cambios uno de esos enroques le hagan justicia, además le conviene al gobierno municipal tenerlo en sus filas.

Al final del camino Armando Cabada como todo buen político, por cierto sin serlo, ayudado en gran parte por la opinión pública, será el hombre lleno de aptitudes y virtudes que pueda ocupar la honrosa candidatura a la gubernatura para el 2021, tiene la ventaja de contar incondicionalmente con el irrestricto apoyo de varios medios de comunicación de peso real en el estado. Sin embargo debe tomar en cuenta el pasado reciente de un gobierno municipal erosionado por la excesiva confianza de sus servidores públicos que confiados con un triunfo avasallador dejaron de hacer lo que por obligación tenían que hacer a favor del pueblo juarense.

El daño político quieran o no quieran reconocerlo está hecho, las cifras de votantes así lo indica. Como juego de ajedrez las piezas deberán irse ajustando a la perfección porque el adversario aprovechará las circunstancias de un error para alzarse con el triunfo, de ahí la importancia de buscar y detectar las fallas para remendarlas lo antes posible. Los errores no solo son de quiénes se fueron, los que se quedan deben entenderlo y asumir lo que les corresponde de culpa. La ausencia de liderazgos permitió una mala imagen tanto al interior como al exterior de la administración municipal encabezada a veces por Armando Cabada y otras por el malogrado Alejandro Loaeza.

Los juarenses necesitamos de gobiernos capaces a la altura de las circunstancias, los políticos cuyo sinónimo de todólogos poseedores de la verdad absoluta, derrochan despotismo, soberbia, por ende se sienten intocables, estos malos funcionarios pululan en el edificio de la administración municipal y deben ser alejados del servicio público.

Los compromisos ahí están, tratar de eludirlos no es opción, por el contrario, el ciudadano busca servidores públicos receptivos de los problemas que a diario aquejan, no hablemos de la violencia que carcome el tejido social, sin duda forma parte de las claras limitaciones y carencias de un gobierno pretencioso, no se trata de solo descalificar, pero tampoco de asumir actitudes pasivas ante los embates de una economía lacerante, de una violencia atroz, de una salud resquebrajada, mientras que el gobierno busca generar una imagen de Ciudad Juárez que no corresponde a la realidad.

TIMING POLÍTICO.    

 

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