octubre 29, 2025

Timing Político

La política tiene su propio Timing

LOS “SINSABORES” DEL GREMIO PERIODÍSTICO.

Por: Luis Carlos Carrasco Martell.

Periodista.

Correo:  luiscarrasco941@hotmail.com

Nunca como antes se había visto tan marcada la desunión del gremio periodístico, como ahora se percibe. Los motivos pueden ser variantes que van desde cuestiones personales, de carácter político, económico, ideológico y hasta gremiales; en tiempos donde se supone, se debe ante todo buscar la unidad y la solidaridad con aquellos que incluso han perdido la vida en aras de esta loable profesión que es el periodismo. Nos perdemos en un entorno en donde prevalece la confrontación, cuando en todo caso los objetivos deberían ser similares.

Los espacios democráticos que hemos ganado han permitido gobiernos plurales, libertad de expresión, muchas veces silenciada por el estruendo de balas asesinas. Aun así permiten hacer creer que vamos por el camino correcto. Entonces, ¿por qué complicarnos la existencia y no entenderlo como logros que permiten el desarrollo libre y profesional de la actividad periodística?

Nuestras luchas deberían concretarse en presionar a nuestros gobiernos a legislar en la materia y esta sea de forma permanente, buscando siempre que el eco de nuestras voces, no sea coaptado ni silenciado por intereses perversos que hoy presenciamos casi todos los días. Lo ético es un principio rector por el cual se debe conducir la actividad periodística. A falta de voluntad, pocos están dispuestos a ejercer en base a ideales, motivos por los cuales derivan todos los problemas que aquejan a quienes practicamos de una u otra forma el periodismo serio, no de exhibicionismos que solo nutren el ego personal y la idolatría hacia nuestro trabajo.

De comunicadores a políticos o servidores públicos y a la inversa, políticos o servidores públicos a comunicadores, profesiones a los que se les pierde el respeto por el solo hecho de creer que yo caricaturista puedo ser sindico, o yo conductor de noticias puedo ser alcalde, diputado, regidor o yo columnista puedo ser gobernador. Por favor, una cosa es contrapeso de otra y no se trata de versatilidad personal. Se trata de impulsos que nada tienen que ver con un sentido social, desgraciadamente la necesidad de poder, sea cual fuera, ha llevado al gremio periodístico a enconos que afectan directamente a la labor periodística y a la de por sí falta de credibilidad de los medios.

A la sociedad no se le engaña fácilmente, de tal forma que está optando por nuevas alternativas para mantenerse verdaderamente informado. No se trata de hacer creer que las cosas están bien, y no cambiarán, simple y llanamente por falta de voluntad, de interés para salir de una zona de confort que te conduce a la mediocridad como periodista, pero, no todo está dicho, menos perdido, hay gente valiosa dentro de la actividad periodística que entiende perfectamente el valor de ser leales a su profesión. Son principalmente quienes se dedican a la política los que buscan la desintegración del periodista activo, es perceptible su accionar sistemático en tiempos donde la sociedad no claudica, mucho menos olvida.

El quehacer periodístico ni por falta de recursos económicos debe perder el sentido de responsabilidad social que lleva a cuestas siempre con la convicción de creer y en todo caso entender que somos de alguna forma el contrapeso de los tres poderes de gobierno que sucumben ante la corrupción y la impunidad.

Adolfo Hitler dijo una vez, “cambiar es un acto de voluntad” y nuestros políticos pocas veces la tienen, su decadencia es evidente. No así la del periodista dispuesto  a interponer el interés personal al social, su objetividad debe radicar siempre en lo que plasma y dice. No podemos adoctrinar a la población en la mentira, por el contrario debe ser alimentada con información convincente, precisa, que le permita formarse verdaderos criterios del acontecer diario, con mentalidad creadora para entender incluso hasta los hechos más lamentables que se han vuelto una constante en el estado, no se diga en la frontera.

Por ningún motivo pensar formar parte de una decadente clase política que busca infiltrarse en el quehacer periodístico, pocos son los que sucumben, aun así nos debe preocupar. Un ejemplo claro es nuestro gobernador Javier Corral Jurado, ególatra, lapidario en su retórica, arrogante en el solo hecho de pensar que solo los medios de comunicación nacionales son efectivos a la hora de perseguir objetivos, sin ningún ejercicio de humildad pretende socavar la actividad periodística, creando sus propios medios informativos, cuya línea editorial obedece a su propia voluntad,  a una verdad cuya práctica debe ser el ejercicio del poder totalitario y a ultranza, un resentimiento personal hacia medios locales que no desea hacer público, pero tiene su naturaleza en el pasado proceso electoral.

Por otro lado vemos un alcalde, Armando Cabada Alvídrez, empático, carismático, pero que no conoce la magnitud de su responsabilidad social, ni de sus problemas,  una ciudad que agoniza como consecuencia de una violencia histórica, de un discurso mutilado en ideas prácticas y acordes a las posibilidades políticas y económicas. No es condición humana aborrecer  a los políticos corruptos, cuyo caudillismo tiene solo que ver con enriquecimientos inexplicables.

Los profesionales de la comunicación, no deben ajustarse por inercia a ser aduladores profesionales como decadencia propia de la actividad periodística, por el contrario, deben  tener fuerza de voluntad, ese carácter que se exige a los hombres de moral cuya finalidad es enaltecer el trabajo periodístico.

 

TIMING POLÍTICO.

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