¿MACHISMO REAL O IMAGINARIO?

Por: Verónica Saldaña Castañón.  

Cuando fueron las ofertas de EL BUEN FIN, el pasado  2017, pensé que sería una buena oportunidad para cambiar el ya viejo comedor de mi casa, hice cuentas y vi que si me alcanzaría para endeudarme. Después de visitar algunos lugares de la ciudad y ver algunas opciones me decante por un comedor bonito y no muy caro.

El día que por fin decidí hacer la compra le pedí a mi novio que me acompañara a la tienda. Llegamos, le mostré el comedor que había elegido y me dispuse a buscar ayuda del personal de la mueblería. Me dirigieron hacia un vendedor quien me ayudaría con la compra. Platique con el señor vendedor y me explicó la forma de pago, los días de espera para él envió del mueble, etc y nos concretamos a la compra.

¡Cabe mencionar que durante todo este tiempo quien habló, preguntó, dio datos personales y al final quien pagó, fui YO!, claro, el comedor era para mi casa; por tal, mi novio solo fungió como un simple acompañante que ni siquiera emitió un comentario durante el proceso.

Al terminar el papeleo y pagos respectivos el vendedor muy educado agradece la compra y ¡extiende su mano como sellando el trato a MI NOVIO! ¡A mí ni siquiera me dio las gracias! Y yo me quede ¿qué? ¡si quien hizo la compra fui yo! ¡quien paga soy yo! ¿Por qué me ignora? ¿Por ser mujer?

Saliendo comente el suceso con mi novio y también se quedó absolutamente sorprendido del acto realizado por el vendedor, y concluimos. ¡MACHISMO! Pero ¿machismo real o imaginario?

Y bueno, la vida siempre te da segundas oportunidades. Y esta vez le tocó a una refaccionaria. Fui nuevamente con mi novio a revisar la batería de mi auto y nos atendió una mujer, quien por cierto hizo muy bien su trabajo; y digo nos atendió porque los dos le cuestionamos algunas dudas. Me dio el diagnóstico y el resultado era el esperado, había que comprar pila nueva. Así que hizo la venta respectiva agregándole como buena vendedora un producto que resultó que era incompatible con mi auto y solicitó a otro compañero laboral que fuera y nos ayudara con la instalación, esta vez, hombre.

Salió el Señor y empezó a apoyarnos con la instalación de la batería; fue por el que entendimos que el producto que nos sugirió la primera vendedora era incompatible con mi auto; a lo cual le pregunté si podía ir a devolverlo y me contestó que sí. En ese lapso nos preguntamos si debía dársele alguna propina al señor por su servicio y creo que sobre todo por la orientación en la mala compra, así que en lo que yo volví al interior del establecimiento a hacer la devolución del producto erróneo mi novio se quedó preguntándole al señor si podríamos darle una propina y él contestó que era mejor si llamaba al 01800 y daba buenas referencias de él. Así lo hizo, y una vez que yo salí del interior de la tienda y vi que estaban finalizando la llamada y nos íbamos a despedir el vendedor nos indicó que permaneciéramos aún más porque quería que expresáramos buenos comentarios también al gerente de la tienda; supongo para “juntar puntos” como empleado; y específicamente se dirigió a mí y me dijo “usted también espéreme tantito”.

Nos esperamos y en cuanto arribo con el gerente se despidió, y ¿qué creen? Pues sí, nuevamente me sucedió, se despidió solo de mi novio aun cuando durante todo el servicio también converso conmigo. Solo a él le extendió la mano, le dijo gracias se giró y se fue.

¡De risa! Nuevamente un acto machista, pensé. Otra vez me quede preparando mi mano y sonrisa para agradecer a una persona por sus atenciones hacia mí y otra vez dirigieron su mirada y mano solo al hombre parado al lado de esta mujer.

¿Será que en verdad algunos hombres siguen pensando que las mujeres solo administramos las carteras de los hombres y que los del valor monetario son los maridos? Por tal, ¿a los que hay que agradecerles una compra? ¿Aun cuando todo el proceso de venta lo hayan hecho con la mujer y el dinero o las tarjetas hayan salido de la cartera de esta?

Vaya que a veces siento que el feminismo acusa en exceso de crímenes machistas a los hombres por actos que a mi parecer no son un problema. Pero en estas dos ocasiones me quede intrigada. ¿Fue real o imaginario lo que percibí?

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