Lo que se llama «opinión pública» está estrechamente vinculado con la hegemonía política,
o sea que es el punto de contacto entre la «sociedad civil» y la «sociedad política», entre el consenso y la fuerza.
Antonio Gramsci
Recientemente nos hemos enterado de la renuncia de Margarita Zavala a su candidatura por la Presidencia de la República, para muchos de nosotros la forma más común de asimilarlo, fue desde los grupos de WhatsApp, en donde más de una persona aprovechó para bromear con la salida de la candidata de la contienda, otros más enviaron “memes” con la imagen de Calderón diciéndole a su esposa “te dije que te lanzarás por una botella de brandy Presidente, no que te lanzaras para Presidente”.
Análisis de la salida de Zavala ha habido muchos y los seguirá habiendo en los próximos días. Entre las observaciones que destacan están las que afirman que su salida tiene el objetivo de debilitar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, de eso no hay duda, otros aseguran que Margarita se sumará a la campaña de José Antonio Meade y los más ocurrentes afirman que su salida de la elección beneficiará a Ricardo Anaya, nada más lejano a la realidad. En fin, toda discusión gira entorno a los votos, nada más importa, sin embargo, en medio del bullicio, es evidente que con la salida de la única mujer en la contienda, la hegemonía política quiere generar en el sentir de la población un ambiente de incertidumbre, solo una cosa es segura: se busca generar la idea de que todo puede pasar.
En eso que llamamos “imaginario colectivo” la elección del 1ro de julio, ya está ganada por AMLO, sin embargo, con estos cambios tan repentinos, se intenta infiltrar la idea en las y los electores, de que no todo está dicho. Crearán río revuelto para ganancia de pescadores, algo así como un Big Brother: “las reglas cambian”.
De ser cierto lo anterior, los poderes fácticos del dinero y de la política mexicana, a través del aparato del gobierno federal, están preparando el terreno para una elección de Estado, su misión es aplicar la misma estrategia que se generó en la campaña del PRI en el Estado de México el año pasado. La intención será crear un esquema de redes corporativas y clientelares, bajo las cuales, pueda remontar su muy opaco candidato, José Antonio Meade.
Durante las próximas semanas observaremos que a la par, gobierno y empresarios intentarán crear distracciones en la opinión pública, con la única finalidad de entretener la atención del país en trivialidades como la salida de una candidata que a lo mucho promedia el 5% en las preferencias electorales. Mientras nosotros discutimos, en las próximas semanas ellos buscarán por todos los medios posibles colocar al candidato oficial casi a la par del puntero, justificando así el resultado del 2 de julio.
Es un hecho probado que los Estados Nacionales utilizan la opinión pública para manipular el sentir ciudadano, en los análisis políticos de la radio, televisión y periódicos nacionales encontraremos reacciones aparentemente encontradas entre los intelectuales orgánicos, ninguno de ellos apoyará la candidatura de AMLO, todos terminarán definiéndose por el candidato oficial, ya no habrá discusiones sobre si es Anaya o Meade el que debe competirle al puntero.
El domingo 20 de mayo, seremos testigos del segundo debate presidencial, tres candidatos estarán intentando una misma cosa: golpear más a López Obrador; dos intentarán hacerse de los pocos votos que dejó Margarita y finalmente uno más nadará de “muertito” sabiendo que su principal labor es dividir al electorado indeciso.
La renuncia de Margarita es un guiño para la campaña de Meade, para todos fue evidente la alianza que hicieron en el primer debate. Permítame adelantarle la sorpresa, #SpoilerAlert en dos o tres semanas, más o menos, vendrá la renuncia del Bronco, en beneficio del candidato oficial o ya cuando menos para generar un ambiente de incertidumbre en una elección que se considera consumada en favor del Peje.
Las candidaturas de los independientes las permitió el PRI, de eso no hay duda, la intención de invitar a Margarita y después al Bronco, fue dividir el voto indeciso, confundir y crear satélites de su hegemonía. El Revolucionario Institucional lleva haciendo esto durante décadas, a lo largo de sus 90 años de existencia, ha creado un sinfín de nano partidos tanto de derecha, como de izquierda y de centro; por ejemplo, el PARM, el PPS, el PCRM, el PT, Convergencia, PVEM, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza y el más reciente, el de Encuentro Social. Todos sirven para sus intereses.
Carlos Iván González
Periodista e Historiador
carlosivanglez5@gmail.com
TIMING POLÍTICO.
About Author
Más historias
PRECLUSIÓN: LA TRAMPA EN EL BRT
VARIANTES EN EL INVENTARIO
ENCUENTRO DE CANDIDATOS