Por Jesús A. Galindo Noriega
Abril de 2023
Fue lamentable que en la estación migratoria de ciudad Juárez, fallecieran 40 migrantes de Sudamérica calcinados e intoxicados con humo, debido a una protesta de ellos mismos iniciaron por ser levantados de las calles de la ciudad y remitidos a la estación, encerrados bajo llave que nunca aparecieron para liberarlos del atroz fuego.
La protesta fue una reacción y el encierro una irresponsable distracción mortal de la delegación local del Instituto Nacional de Migración (INM), por decir lo menos. Afortunadamente, en la opinión pública se sigue escribiendo suficiente y con fuerza a nivel local, nacional e internacional para exigir que no haya impunidad ni protección a los niveles más altos de los responsables.
La tragedia de los migrantes está lejos de asimilarse por las familias que reciben los cuerpos esta semana del 10 al 14 de abril que empezaron a llegar a sus países de origen, con historias verdaderamente conmovedoras. Si el intento de llegar a los Estados Unidos era incierto para los migrantes, con la pérdida de ellos la incertidumbre de sus familias se duplica, casi desaparece la esperanza.
Ya recaen investigaciones y ordenes de aprehensión contra el segmento operativo, es decir, contra tres servidores públicos del INM, como primeros mandos de supervisión de la estación, contra un empleado de compañía de seguridad externa, contratada por la Administración Pública Federal por adjudicación directa en diversas estaciones de migración.
La travesía de los migrantes buscando oportunidades de mejores condiciones de vida en los Estados Unidos de América, no es precisamente un paralelo invertido con la mitología griega de Úlises u Odiseo regresando a Ítaca despues de tomar Troya de parte del rey Agamenon.
En la vida real, los migrantes no tienen una Ítaca a donde regresar porque en sus países de origen no hay esperanzas de lograr una vida digna, por el momento tampoco han encontrado esas condiciones de vida a lo largo de la travesía emprendida, ni en la estación que les ha representado ciudad Juárez como callejón sin salida, pero sostienen sus anhelos de encontrar el “vellocino de oro de Jasón” que representa Estados Unidos.
Los Estados Unidos están en lo suyo, que es proteger sus condiciones de vida sin mayores cargas sociales, al menos eso dice el guión del discurso.
Mientras tanto en México, la corriente migratoria en Juárez llegó a un callejón sin salida que se topa con las puertas cerradas del “vellocino de oro”, y en la tragedia de centro y sudamericana no hay una ciudad de retorno. Por eso el paralelo con Úlises es invertido, porque los migrantes se aferran a entrar a una Troya de nuestros tiempos, que les representa la esperanza de la salvación, la virtud que se quedó en la caja de pandora.
Muchos perdieron la vida en el trayecto tan agreste, otros más a manos de la delincuencia organizada a lo largo de México. Pero lo que no tiene nombre ni perdón de Dios, fue dejarlos morir bajo llave en una instalación del gobierno, custodiada por vigilantes a cargo del gobierno mexicano sin un ápice de sentido común ni de humanidad, como es la estación migratoria de los hechos a unos metros de la frontera anhelada por los migrantes.
Por su posición geográfica, las fronteras de México principalmente, están destinadas a brindar condiciones de ciudad santuario de la migración, a nivel federal se cuenta con la Ley de Migración y estructura orgánica de responsabilidades para el respeto, protección y salvaguarda de los migrantes en territorio nacional, sean nacionales o extranjeros, así como sus obligaciones, pero lo que se destapó en la tragedia es la falta de voluntad y la falta de empatía para otorgar los derechos a los migrantes, ya no digo de obligaciones a cargo de los servidores públicos de la federación para garantizar los derechos de los migrantes.
A nivel local, también se cuenta con la Ley de Protección y Apoyo a Migrantes para el Estado de Chihuahua, en la cual se dispone la instalación del Consejo Estatal de Protección y Atención a Migrantes, integrado con representantes de los tres ordenes de gobierno, aunque el nivel municipal es descrito sin especificar cual dependencia, desde ahí su poca presencia.
Antes de cerrar. – El Cabildo de la ciudad se demora en promover una comisión de regidores para gestionar la atención al tema de los migrantes con la creación de un área y su presupuesto, es aprendizaje de la tragedia para no ser callejón sin salida.
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