POR: DR. VICTOR GARCIA MATA
Interesante se ha vuelto la situación en Morena Chihuahua: por fin se ve un partido rico en discusión, en análisis, con disidencia, un partido vivo, como debe ser. Anteriormente se veía algo estático, sin movimiento, las impugnaciones hicieron que el partido no pudiera realizar sus funciones legales, sus actividades. Desde hace tiempo el Comité Directivo Estatal estaba semiparalizado, con un encargado de oficina, el profesor Martín Chaparro.
Con la designación de la nueva dirigente estatal, después de las consabidas impugnaciones e inconformidades causadas por los nombramientos (ya que desde la elección de los delegados existieron desacuerdos), por fin se logró encaminar al partido hacia la normalidad. Se integró el Comité Ejecutivo con personas de grupos de diferentes corrientes, y todo apunta a que por fin se logre la consolidación.
El dominio de una sola corriente al interior generó poco movimiento y descontento; ahora, Morena se vislumbra como un organismo vivo, con disidencias normales. Hasta en la designación de la presidencia en la Cámara de Diputados en el estado se vio que no todos están de acuerdo, pero la disputa actual nos habla de que se requería que las distintas corrientes se manifestaran. La diputada Adriana Terrazas aceptó asumir la presidencia de esa Cámara, o su equivalente, con el apoyo del Consejo Estatal morenista, mientras que la presidenta estatal del mismo partido estuvo en contra de ello.
Lo anterior nos indica que las negociaciones entre los diversos grupos estarán a la orden del día, que ya no se impondrá un solo equipo, sino que la verdadera negociación o rompimiento se viene acorde con la madurez de los grupos. Al parecer, será lo primero lo que prevalezca, porque hay que recordar que no se dio el carro completo como planteaba el grupo de Loera en cuanto a la elección del Comité Estatal y del Consejo Estatal, donde finalmente uno quedó conformado con la gente que no comulga con los loeristas y el otro con personas afines a Loera.
Lo que está ocurriendo debiera ser motivo de reflexión y de aprendizaje en lo relacionado con negociar y con respetar la disidencia. Además, se debe depurar la designación de los futuros legisladores o representantes populares y justificarse plenamente la designación de las plurinominales, que esos cargos recaigan en personas que en verdad lo merezcan y no por pagarse favores políticos o económicos, lo cual se presta a sospechas de prácticas corruptas.
Por lo pronto hay que estar atentos a la actuación de la maestra Terrazas, quien no es bien vista por las bases de Morena, pero que se legitimará o no con su actuación. Esperemos que ahora sí sea mucho más rigurosa la selección de futuros legisladores y que se evite que uno de los grupos se lleve el carro completo e incluso designe a quienes no representan a las bases. Este es un gran reto que nos queda después del conflicto vivido.
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