Por: Carlos Iván González
«La educación debe formar ciudadanos, no empleados”
Fernando Savater.
A inicios de la década de los noventas, una joven empleada de Pablo Cuarón, ahora Secretario de Educación y Deporte de Gobierno del Estado de Chihuahua, se partía literalmente en dos para cubrir sus horarios de trabajo, atender a un pequeño niño de seis años y además, cumplir con sus clases en una universidad pública, Cuarón, al verla agobiada por tanta carga, le espetó una tarde: “¿para qué estudias Esther? Los pobres nunca van a dejar de ser pobres”.
Egresado del Tec de Monterrey, hijo de una familia pudiente, el hoy funcionario, nunca tuvo necesidad, como no la tiene ahora, de exigir pago alguno por sus labores, mucho menos protestar en medio de las inclemencias del clima para acceder a lo más digno que tienen quienes trabajan: un salario. ¿Por qué el gobierno de Javier Corral omite pagar y atender las prestaciones laborales de las maestras y maestros que diariamente atienden a más de 200 mil niños en el Estado de Chihuahua?
Para la ultraderecha, la educación es un pri-vi-le-gio, no un derecho o una responsabilidad social, es por eso que se apoya e incentiva la educación privada, mientras que se desprecia la educación pública. Es bien sabido que la experiencia profesional previa del señor secretario, fue en el sistema Tec de Monterrey, del cual fue profesor y miembro de su consejo administrativo, por supuesto, también destaca su labor empresarial, por eso entendemos que esté acostumbrado a mandar y a que sus empleados le obedezcan sin más, a no ser que deseen ser despedidos.
Cuarón es también egresado del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE), institución educativa que pertenece a la Universidad Panamericana, fundada y operada por el Opus Dei, hace veinticinco años se estableció en Ciudad Juárez una ramificación de esta escuela, bajo el auspicio del entonces gobierno panista de Francisco Barrio Terrazas. Hoy nuevamente, en el gobierno de Javier Corral, el IPADE abre sus puertas en nuestra ciudad, estableciendo una oficina de enlace permanente, en uno de los más prestigiados salones de eventos de la localidad.
Cada fin de semana, empresarios de la Fundación del Empresariado Chihuahuense (FECHAC) y miembros de otras organizaciones o empresas, acuden a estudiar un Master en Dirección de Empresas o un Diplomado en Alta Dirección de Empresas. Su salón de clases, digno de príncipes, cuenta con todos los recursos tecnológicos y comodidades, personal de apoyo técnico está siempre pendiente de sus requerimientos en clase, en sus recesos, elegantes meseros les sirven vinos, refrescos, agua purificada, quesos, bocadillos y otras viandas dignas del costo de sus colegiaturas, las cuales rondan los trescientos mil pesos por semestre.
Mientras tanto, en las escuelas públicas, nuestras niñas y niños deben atender clases a la intemperie o quizá, si tienen mejor suerte, en salones, aunque sin clima artificial, diariamente se ven obligados a trabajar en mesa-bancos inservibles, en su receso, deben tomar agua de la llave, comer el lonche que con esfuerzo les hicieron sus progenitores o comprar algo en la cafetería con los pocos centavos que traen en la bolsa.
Alumnos y alumnas de origen humilde o de clase media, deben ser atendidos por profesionales de la educación a los que se les niega el pago y las prestaciones, personas que han dedicado su vida a estudiar y a enseñar a otros. Maestras y maestros comprometidos con la sociedad, que saben y atienden su responsabilidad de educar para el futuro, deben soportar el maltrato de las autoridades educativas, la falta de pago y por si no fuera suficiente, la amenaza de despido.
Vaya realidad: no quieren ciudadanos, quieren empleados.
TIMING POLÍTICO.
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