Por: Eduardo Borunda.
Existe una fuerte crisis política dentro y fuera de los partidos políticos. Esta crisis ha provocado que existan mayores niveles de rechazo a la palabra “política” y a todo lo que huela a ella. Los niveles de aceptación y confianza hacia los partidos políticos son bajos entre la ciudadanía. Estas bajas calificaciones se han replicado en casi todos los estudios realizados a nivel nacional, estatal y local. La pregunta es ¿Por qué no entienden los partidos políticos esa baja aceptación ciudadana?
Los partidos políticos también, fueron la única institución que garantizaba la transmisión de los poderes públicos de manera pacífica. Esta premisa es importante de recuperar y enfatizar ya que de otra manera estaríamos a capricho de quién esté en el poder para heredar o bien arrebatar los espacios a través de las armas en lo que comúnmente llamamos golpe de estado. Las candidaturas independientes mostraron en los últimos años ser la única opción ciudadana para competir por el poder ante el descrédito de los partidos.
La bancarrota de las instituciones políticas ha provocado entonces que fuerzas populares, con el apoyo de partidos políticos, grupos empresariales y sociales fuesen la punta de lanza para enviar a candidatos ciudadanos o candidatos independientes y arrebatar así espacios pequeños y medianos, conformando casos de éxito en lo político a nivel nacional.
El caso del PRI es un modelo único a nivel mundial. Primero como partido hegemónico que pasó a ser dominante y ahora está en su peor momento existencial. De este partido han salido figuras que han fundado casi todos los partidos políticos en México y con sus salvedades, todos los actores políticos traen un antecedente tricolor. Hoy se divide más como partido por la confrontación en la renovación de su dirigencia nacional. Hay una polarización entre dos poderosas fuerzas políticas y quien gané tendrá una difícil operación cicatriz, que quizá también implique la amputación de sus extremidades.
El caso de MORENA, cuyas estructuras si bien es cierto nacieron de la izquierda mexicana también ligada a la jerarquía “priista”, tuvieron un golpe de suerte en el pasado proceso electoral (2018) y en su primera aparición en la boleta presidencial, lograron la cereza del pastel. Hubo a nivel nacional una aplanadora irrefutable y existen ciertas regiones donde no hubo el efecto López Obrador. Hoy hay un conflicto que los divide en el tema de la renovación de su dirigencia nacional.
El PAN a nivel local atraviesa una vez más un proceso por demás interesante. La renovación del comité municipal es una prueba de fuego para equipos contrarios que disputan de forma anticipada la candidatura a la gubernatura del estado de Chihuahua. La pregunta es ¿Cuál línea se impondrá? La primera es representada en la figura de palacio de gobierno del estado de Chihuahua o bien la otra, representada por el equipo de la alcaldía chihuahuita que hace todo lo imposible por quedarse con la mayor parte del pastel. Será un choque de trenes que veremos próximamente.
Finalmente, en el PES, las cosas no se ven tan fáciles, también hubo una fuerte división al interior. La resolución del poder judicial a través de los tribunales electorales, victimizó a los dos grupos en conflicto ya que ambos perdieron el registro a nivel estatal. Por lo pronto, ya se preparan para realizar, según fuentes de ellos mismos las 300 asambleas constitutivas que se han propuesto a nivel nacional y recuperar así el próximo año su registro. En conclusión, hoy como nunca se ve una fuerte crisis partidista en los partidos políticos que se ven divididos y partidos en dos o más fracciones. Ellos deben recuperar la confianza ciudadana que han perdido en las urnas y frente a los ciudadanos.
TIMING POLÍTICO.
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