Por: Jack Ro.
CD. JUÁREZ; CHIH.- Esté pasado 7 de octubre se presentó la obra Jacinto en el Teatro de la Nación, con una buena atmósfera que ambientaba una tenue iluminación; en un ambiente sombrío y surrealista, que irradiaba en el fondo del abismo, la poca luz que se reflejaba en el vestuario de los actores, análoga al montaje oscurantista de la escenografía del escenario, con un texto mestizo-criollo-latinoamericano, con matices de un lenguaje provinciano, sencillo y coloquial, con influencias literarias rulfianas del teatro mexicano, adaptado a la posmodernidad.
Dirigido excelentemente por Claudia Gutierrez Chaparro, la obra inicia con Jacinto, en un dialogo confuso y molesto en un lugar común de la sabiduría popular.
Con reminiscencias del neo-existencialismo nostálgico del liberalismo, que psicoanalizan la conclusión del tiempo (Jacinto), en un monologo caracterizado por jóvenes actores.
La madre al dar a luz a Jacinto, en éste caso la (patria) entregara a Macaría (la vida) a su hijo (el pueblo) que revive a sus hijos (los recuerdos). Así que de golpe, aparece en el drama la madre al borde de la muerte, antes del momento de nacer Jacinto, se auto-reprocha ella misma, tosca y mal humorada, la ausencia de su padre en el nacimiento del neonato.
El padre ignora, inclusive, que va tener un hijo (el gobierno) Jacinto inconscientemente sabe que el nombre que lleva no es el suyo, pues interiormente se le revela en sus sueños que le dicen que sus orígenes fueron arrancados por el mestizaje y la colonización que lo tras-culturizaron, y que sus deseos más profundos y lastimeros se encuentra en su orfandad.
Recuerdos que lo atormentan ante el abandono de la destruida herencia cultural que la confronta con la falsedad de la verdad que le amargo la vida, en el fallido séquito de su existencia que caóticamente lo hacía que se auto-suicidara en una total soledad por las imposiciones a sus orígenes, de los que reniega, sin poder entender racionalmente ¿por qué?, pero que instintivamente percibe antes de morir, influido por las visiones lucidas que él tiene al final de su vida en el silencio del lecho de su muerte.
La obra tiene algunas expresiones que hacen reflexionar las malformaciones ideológicas de una sociedad que aún no sana, ni da forma al espíritu colectivo,….. en la ausencia socializadora de la unidad familiar y mítica de la historia mexicana, ante una cultura madre en proceso de transición, por los cambios sociológicos del Siglo XXI.
En los conceptos tradicionales que se conocen hasta ahora, producidos en los cambios de conducta en la ausencia del padre y la madre, irresponsables de la crianza de sus hijos que han enfermado al humano.
Con el recuerdo-sueño que dialoga con sus pensamientos, en el interior de su alma, patéticamente inhibido y frustrado, abandonado por la soledad, que añora la nostalgia de poder ver a su madre que le fue abruptamente arrancada por la muerte, aun cuando él sabe que verla solo es un sueño.
TIMING POLÍTICO.
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