Timing Político

La política tiene su propio Timing

Soberanía y guerra comercial.

 

“El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente”.

John Maynard Keynes

 

Por: Carlos Iván González Ibarra

Recientemente el presidente norteamericano Donald Trump decidió imponer un 25% de aranceles a las importaciones norteamericanas de acero mexicano y canadiense; lo que ha causado una serie de reacciones en los tres países. ¿Por qué el gobierno norteamericano decidió iniciar un conflicto arancelario con sus principales socios comerciales?

El hecho representa la declaración manifiesta de una guerra comercial, sobretodo porque se defiende una decisión a todas luces proteccionista, bajo el argumento de “seguridad nacional”. Tal argumento ha menguado las relaciones con países aliados, particularmente con Canadá y Alemania, países que se han mostrado inconformes por ser vistos como  “una amenaza a la soberanía norteamericana”.

Las reacciones por parte del gobierno mexicano no se han hecho esperar, a fin de compensar las medidas tomadas, se les han impuesto aranceles a las paletas y carne de puerco, así como a manzanas, uvas y otros productos alimenticios.

Los tres principales candidatos a la presidencia han mostrado también su inconformidad y particular conjetura. Andrés Manuel López Obrador señaló que la respuesta de nuestro país debe ser “con firmeza, pero al mismo tiempo mantener las relaciones comerciales con Estados Unidos…no meternos en una guerra comercial”.

Ricardo Anaya ha mencionado que “las medidas de represalias son indispensables pero no son suficientes. Es necesario iniciar un proceso ante la Organización Mundial de Comercio”, alegando violaciones “flagrantes al comercio mundial”.

El candidato priista José Antonio Meade ha dicho que “con México no se juega. Responderemos a EE.UU. imponiéndoles aranceles. El futuro de esta región está en el respeto, el comercio y el entendimiento. No nos vamos a dejar. Defenderemos nuestros empleos, nuestros mercados y a nuestros trabajadores. Hoy y siempre.”.

Cada una de estas respuestas son ampliamente reveladoras de la forma de gobierno que tratarán de realizar cada uno de los candidatos de llegar a ganar la presidencia.

Por supuesto, más de uno nos quedamos esperando una respuesta más agresiva y echada para adelante del supuesto candidato puntero; sin embargo ésta no llegó, más bien sugirió no entrar en provocaciones, conminó además al presidente mexicano a visitar a su homólogo norteamericano.

Lo mismo que poner la otra mejilla, en un extremo mesurado Andrés Manuel sugiere que nos mantengamos pasivos y no entremos en provocaciones. Su discurso da muestra de que ha cambiado su perspectiva, ya se siente presidente, ha negociado y aceptado hasta lo impensable con tal de lograr su anhelado sueño: ser Presidente de México.

Por su tipo de respuesta, debemos entender que el candidato de MORENA ha pactado ya con algún grupo político y económico asentado en los Estados Unidos. Desde luego, está dispuesto a mantener su parte del trato: no pelearse con nuestro principal socio comercial.

En segundo lugar la respuesta de Ricardo, para quien las represalias arancelarias no son suficientes, el panista señala que debemos ir a poner nuestra queja ante la Organización Mundial de Comercio.

La propuesta proviene del apoyo alemán del cual goza el candidato, Angela Merkel se ha dedicado en el último año a fortalecer a la OMC. En su reciente visita a China, destacó la pertinencia del organismo internacional y el respeto a sus reglas y normatividades, tanto del gobierno chino como por el alemán. Finalmente, la canciller llamó  a fortalecer a la organización por encima de los intereses proteccionistas, en una clara alusión al gobierno norteamericano.

Por otra parte, la respuesta del candidato priista José Antonio Meade a Trump fue más de lo que esperábamos, no obstante se hace evidente en su discurso la visión que tiene de nuestro país: “defenderemos nuestros empleos, nuestros mercados y a nuestros trabajadores”.

Para el Revolucionario Institucional y su opaco candidato, el Estado es dueño de la vida, la educación, los trabajos, no han cambiado mucho su forma de entendernos y asimilarnos más allá de obreros y obreras a las cuales hay que capacitar para el trabajo.

Somos personas, no mercancías.

Es sabido que las naciones no son producto de una historia milenaria, más bien surgen con la idea de modernidad, entrado el siglo XIX y a principios del XX. Los países de mundo funcionan igual que empresas en una aldea global. Algunas respetan las reglas establecidas para una convivencia “justa”, otras, como el caso de los Estados Unidos, actúan como el niño “bully” de la escuela, tratando de imponer “la ley del más fuerte”.

Como empresas, los países se dedican a garantizar reglas justas para sus productos, admiten la compra de otros productos y así generan ganancias que finalmente llegan a las manos de los empresarios nacionales y extranjeros, la ganancia de los gobiernos es el cobro de los tributos por permitirles usar su territorio. El pueblo se queda a lo mucho con el 5% del total de lo que se produce.

La realidad es que el Estado Mexicano otorga y muy seguramente seguirá otorgando garantías comerciales y legales amplísimas para asegurar la operación de empresas con capital nacional y extranjero.

Así como ofrece laxitud en las disposiciones legales, también les otorga beneficios únicos que jamás disfrutaremos usted o yo: terrenos gratuitos, créditos a tasas de interés por debajo del porcentaje inflacionario y finalmente: la vida de sus ciudadanos como carne de cañón para la elaboración de mercancías.

Para Donald Trump y para quienes hoy en día administran la Casa Blanca, dos temas son trascendentales:

1.- En momentos de crisis y o estancamiento económico la Nación debe intervenir.

2.- La soberanía reside en tener una balanza comercial a su favor, cueste lo que le cueste.

 

TIMING POLÍTICO.

 

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