Por: Raúl Ruiz
La reapertura de la mina de Samalayuca ha tenido una fuerza contraria desde que renovaron sus permisos para exploración de nuevas vetas para la extracción del cobre.
Supuestos ambientalistas que se aventuran al rechazo con una alforja llena de SOFISMAS, como si fueran burritos de rojo y de verde, que luego tratan de «vender», como datos duros.
Pienso, que del vitriólico «colectivo ecologista», se puede rescatar a las hermanas Graco, como verdaderas interesadas en la protección del medio ambiente, el resto del personal, lo componen un puñado de provocadores.
Alborotadores profesionales que venden las manifestaciones bajo el sistema de «pago por evento». Identificados en acontecimientos políticos, partidistas, electorales, con tarifas al mejor postor.
En este caso, patrocinados por el promotor salido de Cementos Chihuahua, Humberto Terrazas Aguirre, quien facilita los recursos para golpear a Javier Meléndez.
Ha pagado sueldos, viáticos, primeras planas en periódicos locales, mantas, folletos, combustible para los autos en caravana. Abogados para demandar amparos que se pierden porque los sustentan con falsedades. Lobbying con concejales norteamericanos que ni vela tienen en el entierro, pero que se solidarizan con los sofistas, supuestos protectores del medio ambiente. Que condenan todo lo que pulule bajo el cielo de Samalayuca.
Pocos saben que Humberto Terrazas podría ser todo, menos una persona interesada en proteger el medio ambiente.
Una década atrás, defendió como doberman el abuso de «trasquilar» los cerros que colindan con Cementos Chihuahua.
Un colectivo similar al que hoy observamos contra la mina de Samalayuca, reclamaba, el desastre ecológico. Pero se impuso el poder económico y a la fecha la empresa cementera sigue rasurando indiscriminadamente los cerros.
Pero ahí no se meten los del colectivo encabezado por las hermanas Graco, pues el patrocinio llega desde ese punto.
La mina no contamina, así lo indican los documentos que integran los permisos que avalan su reapertura.
No atenta contra el manto acuífero. (Que por cierto nada tiene que ver con el bolsón del hueco ni otros mantos de Ciudad Juárez).
Su sistemática negativa no tiene razón. Hay un motivo de trasfondo que pronto aparecerá a la luz pública y el misil viene desde la cementera.
Estaremos atentos.
TIMING POLÍTICO.
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