Timing Político

La política tiene su propio Timing

Una vaca que ya no da leche.

Por: Gil Miranda.

El plan de austeridad que está planteando el gobierno federal entrante durante este periodo de transición no es novedoso a nivel mundial, aunque sí lo es para México. Diversos países desde hace algunos años han realizado cambios en sus economías, algunos se han manejado con políticas económicas de austeridad para incentivar el ahorro, otros han realizado reformas fiscales o de estímulo económico que promueven el desarrollo y la inversión, y algunos lo han hecho por situaciones de crisis. Pero México llega tarde al cambio en la economía que se han planteado otros países y ni siquiera llega por convicción, llega porque el país se está convirtiendo en una vaca que ya no da leche.

Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump tuvo que realizar una reforma fiscal para aumentar la competitividad y reactivar la economía, pues al 2016 cada ciudadano americano tenía una deuda per cápita de casi 62 mil dólares y el país tenía una deuda pública de casi 20 mil billones de dólares y creciente en el tiempo, es una deuda impagable. Esta deuda equivale al 107% del Producto Interno Bruto, es decir que para que esa cantidad pueda ser pagada, el país debe destinar todas las ganancias de su producción durante un año única y exclusivamente al pago de la deuda y ni siquiera así alcanzaría, pero además esta situación es imposible porque entre otras cosas la gente tiene que comer. Pero bueno, es Estados Unidos.

España, en el 2011 realizó una modificación al artículo 135 de la Constitución que a partir de ese año dice: “Todas las administraciones públicas adecuarán sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria. Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. Los límites de déficit estructural y de volumen de deuda pública sólo podrán superarse en caso de catástrofes naturales, recesión económica o situaciones de emergencia extraordinaria que escapen al control del Estado y perjudiquen considerablemente la situación financiera o la sostenibilidad económica o social del Estado”, esto significa que la prioridad es pagar la deuda antes que comer. Pero bueno, es Europa.

En México es necesario mirar de reojo las decisiones político-económicas del gobierno federal entrante porque han generado más dudas que certezas. El presidente electo ha hablado de mantener los precios, entre los cuales está el de la gasolina, ha hablado del aumento al salario mínimo y de diversos programas de ayuda económica a las familias. Pero en términos económicos planificar el control de precios y salarios son parte de una política económica socialista… como en Venezuela. Por otra parte, los recortes en el gasto público que se han planteado hasta ahorita tienen sentido si, entre otras cosas, también se realizan recortes en las pensiones pero no en las de la gente de la calle, sino en los sindicatos más importantes y que más gasto generan, como el sindicato de Pemex.

Si bien es cierto que México es la economía más dinámica de América Latina, también hay que decir que se necesitan cambios de manera urgente porque con la creación de puestos de trabajo de bajo valor y el trabajo informal, a pesar de los recortes presupuestarios, no alcanza para incentivar el ahorro y posteriormente fomentar la inversión que genere desarrollo económico y así mantener, por ejemplo, las pensiones de un país que hoy cuenta con una población joven pero que, naturalmente, irá envejeciendo. Se necesitan soluciones urgentes, pero soluciones que beneficien aunque sea un poquito a los ciudadanos. El desarrollo tecnológico permite pensar en soluciones innovadoras en donde se puede producir más con menos esfuerzo y ser productivos a cualquier edad, en su justa medida. Pero eso no significa ir en contra de la gente porque nadie, ninguna persona, está en su mejor momento a los 65 años para trabajar, aunque Carlos Slim haya dicho que sí.

TIMING POLÍTICO.

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