Timing Político

La política tiene su propio Timing

Vida cotidiana y proceso electoral

Por: Carlos Iván González.

 

En los últimos días hemos escuchado hasta el cansancio discusiones políticas, el pasado fin de semana, fuimos testigos del debate presidencial, muchos seguidores de los partidos políticos se han desgastado de manera innecesaria para saber qué candidata o candidato resultó ganador de dicho ejercicio. Se acometen grandes eventos en el plano nacional, entre ellos una elección mal llamada “histórica” y pareciera que nuestras realidades cotidianas han pasado a segundo plano.

Como historiador he de confesar que no me gusta la forma de asociación política en la que nos ha tocado vivir, el Estado-Nación trabaja en favor del capital y no de la vida. En nuestro país se estima más la existencia de unos por encima de la otros, de tal forma que es más importante hablar de Anaya, del Peje, de Meade o inclusive de las hilarantes declaraciones del Bronco en un debate mediocre, que del asesinato y desaparición en ácido clorhídrico de tres jóvenes en Guadalajara, mucho menos pensar en discutir la forma en la que están creciendo nuestros niños y niñas, a propósito de que está próximo su día festivo.

Muchas veces al intentar abordar estos temas, la respuesta, es que eso “no es importante”, que eso “ya se sabe”, quizá porque estamos más interesados en saber quién ganará las elecciones: en mi personal y humilde opinión ninguno de los candidatos y candidata merecen voto alguno. Por otro lado, en el análisis frío, destaca el hecho de que mucha gente da por ganador a López Obrador, sin embargo dice que le darán la presidencia a Meade. Se siente en el ambiente el hastío del pueblo por los políticos de siempre. En la otra trinchera, las derechas panista y priista se debaten entre quién debe fungir como receptor del llamado “voto útil” para “evitar que gane López Obrador”.

En las visiones con miopía, llegamos a pensar que México se cuece aparte del resto del mundo, algo así como pensar que vivimos en una burbuja, ignoramos o quizá hemos olvidado que somos parte de una gran aldea global, que la realidad política mexicana afecta y se ve afectada por factores externos, de hecho, puedo asegurar que muchos de los cambios que ocurren en el mundo, se operan por factores ajenos a las realidades locales. Un ejemplo, serían las noticias que denuncian la intervención rusa en las elecciones norteamericanas de 2016.

En la revisión historiográfica del pasado de nuestro país, aparece constantemente la intervención norteamericana en eventos políticos cruciales, como ya lo he señalado en estos espacios, el gobierno norteamericano se asume y autoproclama como el tutelar de Latinoamérica y en especial de México. Establecido lo anterior, revisemos de qué lado está cargado el apoyo del gobierno norteamericano en estas próximas elecciones:

1.- A mediados del año pasado dos candidatos cabildearon el apoyo de Washington para sus respectivas campañas: Anaya y Margarita. Ambos fueron ignorados, a pesar de sus vergonzosos llamados a Trump, para que interviniese en las elecciones mexicanas de este año, simplemente no obtuvieron el eco esperado.

2.- A pesar de sus intentos por lograr el apoyo en el extranjero, López Obrador no es bien visto por los grandes capitales mundiales que financian no solo a empresas, sino también al propio gobierno mexicano, durante el debate él mismo dijo que ya había ofrecido el avión presidencial a Trump, ante la pregunta de si obtuvo respuesta por parte del presidente norteamericano, el candidato contestó de manera seca “no”. Es evidente que no tiene ninguna cercanía.

3.- El pasado septiembre de 2016, sorpresivamente nos enteramos que el entonces candidato republicano en campaña, Donald Trump, sería recibido en la residencia oficial de Los Pinos, por el presidente Enrique Peña Nieto, una visita que ofendió a muchos, pero que consolidó la estrategia de este gobierno: intervenir a gran escala en un proceso electoral norteamericano, para luego exigir el regreso del favor en las venideras elecciones federales mexicanas.

Reflexionemos aquí, ¿quién conduce el grupo Atlacomulco del cual proviene José Antonio Meade? El canciller Luis Videgaray, quien si tiene línea directa con la Casa Blanca y que dialoga de manera oficial como extraoficial con el cuñado del presidente, Jared Kushner. En marzo pasado, Kushner fue recibido en la cancillería mexicana, junto con personal de inteligencia y del Departamento de Estado, la agenda incluyó temas de interés común, no dudemos que ya hayan negociado ampliamente la forma en que intervendrían las elecciones mexicanas.

La estrategia del PRI, será replicar lo hecho en el Estado de México, un candidato en apariencia débil, pero con todo el apoyo del gobierno, quizá les preocupe que en muchos sentidos José Antonio Meade no logre levantar, pero en el fondo saben que si no es él, puede ser cualquier otro, amor con amor se paga y Trump, deberá regresar el favor concedido, si es que desea que México “pague” la construcción de su anhelado muro.

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