Por: Eduardo Borunda.
Tras la declaratoria del triunfo del alcalde en turno, surgen preguntas interesantes. Una de ellas es quién ganó efectivamente el primero de julio en la elección de Ayuntamiento. Si aceptamos las palabras de uno de los magistrados del Tribunal Electoral del estado de Chihuahua, el margen de victoria hubiese sido simplemente el mismo, es decir, hubiera ganado sin mayor preámbulo el hoy presidente en funciones Armando Cabada Alvídrez.
Las impugnaciones arrojaron una serie de acusaciones mutuas, en dónde la historia del fraude electoral (no se puede llamar de otra manera) se dirigía en contra del órgano electoral, ya que si bien hubo errores humanos, estos no se corrigieron en tiempo y forma y de allí que las sospechas para beneficiar a un candidato son firmes en cuanto a que en las actas había un resultado y en el cómputo de la elección había otros datos. La FEPADE y concretamente la LEGIPE, han señalado como un delito electoral la alteración de los resultados. La premisa es concreta ¿Se alteraron los resultados? La respuesta es simple: sí.
En la página de la FEPADE (http://fepade.gob.mx/swb/fepade/Programas ) se establece que un funcionario electoral puede cometer un delito cuando altere el resultado. En esta tesitura se deben deslindar responsabilidades para que no vuelvan a ocurrir omisiones u hechos que pongan en peligro la consolidación democrática del país y de nuestro propio estado.
La misma página de la FEPADE señala que pueden cometer un ilícito los funcionarios partidistas que alteren los materiales electorales o bien que divulguen noticias falsas sobre el proceso. Si tomamos en cuenta estos principios y “todos” los candidatos se proclaman ganadores de una contienda electoral, entonces estarían cometiendo igualmente un posible delito.
Todos pierden. Parece ser que los análisis de los resultados nos indican que todos han salido perdiendo en una justa electoral en dónde muy pocos ganan. Pierde por un lado Javier González Mocken cuando menos por una pifia o error del PREP que sin dar resultados contundentes lo subieron por semanas como el vencedor de la contienda. A pesar de lo apretado de la diferencia entre el primero y segundo lugar, la constancia de mayoría que le fue entregado lo elevo a las nubes, para después ser bajado por los tribunales.
Pierde Armando Cabada Alvídrez ya que si bien logró que los tribunales dictaminaran a su favor, su triunfo se ve opacado por la sensación de un “fraude” o en su defecto por una “decisión” cupular de jueces y magistrados. La percepción de que hubo compra de votos y bonos a los magistrados le resta credibilidad al nuevo gobierno en su primera reelección. Lo tormentoso de la defensa, desgastó a ambas partes y ahora deben operar desde las oficinas de la presidencia municipal una cicatrización de manera urgente y de pronta resolución.
Además de estos actores que representan las dos fuerzas políticas más importantes en Ciudad Juárez, pierde el PRI. Nunca en la historia política del municipio este partido había tenido la peor de todas las derrotas ya que no ganó nada y sólo por una ayudadita en los niveles de participación logró colar a uno de sus piezas claves y reconocidas como regidor. El profe Díaz Monárrez se convierte así en el primer priista del municipio y en el único funcionario de elección popular.
El PAN también sufrió la embestida del voto de cascada de AMLO, ya que de tener tres regidores en la pasada composición del Ayuntamiento hoy se queda sólo con dos regidores. La cosa no es sencilla, es el partido en el poder, tienen la gubernatura y empataron prácticamente con MORENA en el número de diputados a nivel estatal. También son los dos cargos de elección que pueden presumir en la región.
PRD y PANAL sin regidores. Por disputas personales, el PT estaría quedándose sin representación en el ayuntamiento ya que su regidor estaría abandonando las siglas del partido por posicionamientos políticos. El PVEM estaría rescatando a su regidora que se reelegiría por primera vez, MORENA de un regidor que tenía en el 2016 pasaría a dos, ya que compartió con el PT uno de sus espacios y dos que otorgó al PES. Así, el único que ganó un nueva regiduría fue MORENA y el PES que ganó dos.
En conclusión, existe una crisis de los partidos políticos tradicionales y hay una reorientación del voto de los ciudadanos. También se percibe una baja representación ciudadana en los partidos políticos. Finalmente, son muchos los que pierden y muy pocos los que ganan en una de las elecciones más complejas y altamente competidas de la historia electoral juarense.
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