octubre 21, 2025

Timing Político

La política tiene su propio Timing

PARTIDOS POLÍTICOS A LA BAJA. (Parte 2) La caída de los grandes.

La caída de los grandes 

 

POR: JESUS AVILA VENTURA.

 

En la primera parte de este artículo, “Partidos a la Baja” (Partidos pierden militantes), hablé sobre la drástica reducción de miembros que arrojó la revisión del Instituto Nacional Electoral a los padrones de afiliación de los partidos políticos, destacando cómo los grandes partidos fueron los más afectados hasta tener un 76 % de baja de sus agremiados.

Por “grandes partidos” nos avocaremos al PRI, PAN y Morena; este último por ser el partido que logró captar la mayoría de votos en la elección presidencial del 2018  que colocó a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia del país.

Según datos del INE, en la pasada revisión el Partido Revolucionario Institucional (PRI) inició con 6 millones 546 mil 560 militantes y finalizó con 1 millón 587 mil 242, lo que significó una baja del 76 %. Cantidad que no resulta extraña si se toma en cuenta que este partido nunca ha tenido un padrón confiable, al contrario, se caracterizó por afiliar a gente sin su consentimiento, incluso hasta muertos.

Sin duda esta reducción la venía arrastrando el PRI desde hacía varias décadas atrás, poco antes del triunfo del primer gobernador de oposición en Baja California, Ernesto Ruffo Appel (1989-1995). Segunda, por la victoria de Vicente Fox en la Presidencia de la República en el año 2000 como efecto del cansancio del votante de los actos de corrupción de los funcionarios tricolores. Fue entonces cuando la gente empezó a voltear hacia el PAN, principal partido de oposición.

El PRI nunca aceptaría la baja de sus militantes, por ello siguió manejando su viejo registro, manipulándolo a su antojo con nuevos nombres (hasta con personajes del PAN en él) y sin preocuparse por depurarlo, con lo que dejaba a cientos de fallecidos y  ex militantes en sus registros.

Por hoy, el PRI aparece en tercer lugar dentro de las preferencias del electorado, quien aún no le perdona las décadas que se mantuvo en el poder a base del fraude y el manejo clientelar de los programas sociales de gobierno; y mucho menos, los cientos de políticos que llegaron al ejercicio gubernamental solo para enriquecerse.

En el caso del PAN, desde su fundación mantuvo un padrón de militantes  confiable, dado a que llevaba un manejo muy rígido sobre los registros y un  sistema de cursos y exámenes para acceder a ser miembro activo; solo adolecía de errores en la depuración de sus militantes fallecidos.

Sin embargo, su  padrón ha venido decayendo, básicamente por los problemas internos que ha registrado, sobre todo, después de obtener el triunfo de la Presidencia de México con Vicente Fox; sin embargo, antes tuvo un incremento récord en su membresía de miles de advenedizos que no lo hicieron convencidos por la ideología del blanquiazul, sino por la conveniencia de obtener un puesto en el gobierno.

La fórmula de registros de advenedizos se repitió tras el triunfo de Felipe Calderón, y tras otras tantas victorias más en gubernaturas, presidencias municipales y demás puestos de elección popular.

Dicen que el poder corrompe, y pues eso le sucedió al PAN. Al ver las altas posibilidades de triunfo, la lucha interna por obtener una candidatura llevó a muchos de sus actores políticos a manipular el padrón de miembros, ejerciendo afiliaciones masivas previas a desarrollarse las elecciones internas, para así ellos contar con la mayoría de votos de los delegados registrados.

Lo anterior llevó al Comité Ejecutivo Nacional del PAN (CEN), desde septiembre del 2012, a cancelar de tajo las afiliaciones y se cerró la entrada a nueva militancia. Se reanudaron los cursos y la afiliación apenas el año pasado tras la llegada de Marko Cortes a la presidencia del CEN.

A lo anterior se le sumó la renuncia de cientos de panistas, unos por sufrir ataques o bloqueos de sus mismos correligionarios por no apoyarlos, otros al enojarse por no poder obtener una candidatura, y los muchos al inconformarse al ver que el PAN había sido secuestrado por grupos políticos. Por todo ello, decidieron marcharse y agremiarse a otro partido, o simplemente permanecer ya de manera independiente.

Sin duda, toda esa problemática y ese canibalismo político mermó grandemente el padrón a afiliados del PAN.

En cuanto al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), no hay que perder de vista que es un partido político que se creó con el único objetivo de acceder a la presidencia de país. Fundado por AMLO con un buen número de militantes del Partido de la Revolución Democrática, donde antes él militaba, y que abandonaron sus filas para unirse al naciente proyecto político.

Al paso del tiempo, Morena se fue formando con cientos de ex militantes de otros partidos (PAN, PRI y PRD, principalmente) y con integrantes de la izquierda mexicana, muy poca sangre nueva o ciudadanos sin partido se alistaron; por ende, no estaban integrados ideológica sino electoralmente.

Ante esa falta de cohesión ideológica-doctrinaria era de esperarse que entraran en una fase de decepción y renunciaran a su militancia una vez obtenido el triunfo electoral al acceder a la Presidencia y ver que sus expectativas económicas o su idea de gobierno no eran las esperadas.

La fuerza real del Morena no radicó en su padrón interno, sino en captar a millones de simpatizantes sin partido o decepcionados de sus institutos políticos. Sin embargo, ante los aciertos y errores de la 4 T, Morena corre el riesgo de perder esa simpatía que les dio un sufragio muy volátil, mismo que podría encausarse de nuevo a sus partidos originales, o simplemente alejarse de la participación electoral y retornar a ese gran porcentaje del abstencionismo.

Por lo pronto los grandes partidos se encuentran en la lona, en cama intubados a un respirador y en puerta ya el próximo proceso electoral del 2021. Ahí veremos de qué están hechos y si logran levantarse, o si de plano, por fin veremos el ascenso de las candidaturas independientes y la sepultura los otrora poderosos institutos políticos.

TIMING POLITICO.

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