octubre 19, 2025

Timing Político

La política tiene su propio Timing

Claudia Sheinbaum Pardo, sin carisma ni solidez

DOMINGO 06 OCTUBRE 2024

El 1 de octubre del 2024, Claudia Sheinbaum Pardo asumió la presidencia de México, pero lo que debería ser un nuevo comienzo para el país se siente más como la continuación de una tragedia. Ella no es una líder carismática ni una figura capaz de inspirar a las masas por sí sola. Ella es la sombra de Andrés Manuel López Obrador, la heredera de un proyecto que ha dejado al país sumido en una crisis moral, económica y de seguridad.

Si bien otras líderes femeninas han sabido destacarse en la historia reciente, ella parece destinada a ser recordada no por su capacidad de liderazgo, sino por su servilismo a una ideología que ya demostró ser un fracaso.

Antes de mirar hacia el futuro de México bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, debemos recordar el legado que hereda de su mentor. Andrés Manuel López Obrador, a pesar de su retórica de transformación y cambio, dejó un país en ruinas. Crecimiento económico nulo, una inversión extranjera directa que cayó espantando a los inversionistas por políticas erráticas y hostiles al capital privado, una inseguridad descontrolada y un sistema de salud sin estructura.

Este es el México que recibe Claudia Sheinbaum Pardo. Pero, en lugar de traer nuevas ideas o una visión fresca, ella llega al poder como una simple continuación de Andrés Manuel López Obrador, una política sin la capacidad de innovar ni de cambiar el rumbo. Sus promesas son las mismas, sus estrategias no han variado, y su gobierno seguirá girando en torno a los mismos errores que nos trajeron hasta aquí. El futuro bajo su mandato no es de esperanza, es de resignación.

En la política mundial, hemos visto a mujeres fuertes y carismáticas que han dejado una huella profunda en sus países. Giorgia Meloni, la primera mujer en convertirse en primera ministra de Italia llegó al poder con una presencia imponente. Con una ideología clara, Giorgia Meloni ha sabido captar la atención de sus compatriotas y del mundo, mostrando que, independientemente de si uno está de acuerdo con sus políticas, su liderazgo es innegable. Es una mujer que no solo tiene voz, sino que sabe usarla para influir y tomar decisiones con firmeza.

Por otro lado, tenemos el caso de Angela Merkel, una mujer cuya historia y legado han sido fundamentales para Europa. Angela Merkel no tenía el carisma explosivo de Giorgia Meloni, pero lo compensaba con una personalidad firme y una capacidad única para liderar con estabilidad y seguridad. Durante 16 años, Angela Merkel fue una figura de confianza en Europa, consolidando a Alemania como una potencia económica y política. Su habilidad para negociar, mantenerse al margen de la controversia y tomar decisiones ponderadas le valió el respeto de aliados y adversarios por igual.

Y luego tenemos a Claudia Sheinbaum Pardo. ¿Dónde encaja ella en este panorama de líderes femeninas? La triste realidad es que no encaja. Ella no tiene el carisma de Giorgia Meloni ni la solidez de Angela Merkel. Su llegada al poder no es producto de su capacidad para movilizar a las masas ni de una estrategia personal bien diseñada. Claudia Sheinbaum Pardo es, simple y llanamente, la sucesora elegida por Andrés Manuel López Obrador, sin un proyecto propio, sin una visión diferente. Si bien Giorgia Meloni y Angela Merkel llegaron al poder como figuras de autoridad en sus propios términos, Claudia Sheinbaum Pardo parece haber llegado simplemente para prolongar el mandato de su predecesor, sin un carácter que destaque ni una propuesta propia que emocione a la nación.

Con Claudia Sheinbaum Pardo al mando, el país está en manos de una líder que no lidera. En lugar de tomar las riendas de la nación y trazar un nuevo rumbo, ella continuará con las mismas políticas que nos llevaron al desastre. Sus proyectos insignia seguirán siendo aquellos que Andrés Manuel López Obrador dejó incompletos: el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, sumideros de recursos que no han traído los beneficios prometidos. La economía seguirá atada a un Estado obeso que, en lugar de incentivar el crecimiento del sector privado, mantiene una relación hostil con los empresarios y los inversionistas.

Bajo su mandato, no habrá reformas que incentiven la competitividad ni el libre mercado. Las instituciones seguirán siendo atacadas y debilitadas, porque esa es la agenda que Claudia Sheinbaum Pardo hereda: un gobierno centralizado, que ve a la democracia como una barrera y no como un pilar fundamental del Estado. El INE seguirá bajo asedio, y la Suprema Corte de Justicia será presionada para ajustarse a los intereses del ejecutivo, al igual que en los años de Andrés Manuel López Obrador.

Claudia Sheinbaum Pardo, que ha demostrado ser fiel a las estrategias de su predecesor, no tiene la capacidad ni la voluntad de implementar un cambio real en la lucha contra la delincuencia.

Pero lo peor de todo es que la crisis moral que Andrés Manuel López Obrador deja al concluir su sexenio no solo permanecerá, sino que se profundizará bajo Claudia Sheinbaum Pardo. La división entre los mexicanos, fomentada por años de retórica populista y polarizadora, seguirá creciendo. El discurso de «los buenos contra los malos», de «pueblo contra conservadores», ha fragmentado a la sociedad mexicana, y ella no es la líder que pueda sanar esas heridas. Al contrario, su falta de carisma y liderazgo solo permitirá que esa división se exacerbe aún más.

Los ataques a la prensa, la falta de transparencia en los contratos públicos y la incapacidad de asumir responsabilidad por los errores serán la norma. El gobierno seguirá actuando sin rendir cuentas, mientras el país se hunde cada vez más en la desesperanza.

Con ella al frente, México enfrenta un futuro sombrío. No es solo la falta de carisma lo que preocupa, sino la falta de liderazgo real. Ella no trae consigo una visión de cambio, sino la continuidad de un proyecto que ya demostró ser un fracaso. México merece más que un líder sin carácter, sin propuestas y sin la fuerza necesaria para transformar al país.

Si bien otras mujeres líderes en el mundo han demostrado su capacidad para liderar con firmeza, como Giorgia Meloni y Angela Merkel, Claudia Sheinbaum es solo una figura gris, una extensión de Andrés Manuel López Obrador que seguirá llevando al país hacia la decadencia. Claudia Sheinbaum Pardo no es lo que su gente dice que es… la idealizaron.

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