
POR: VERÓNICA SALDAÑA .
Recién me enteré de que un fuerte partido político realizó mesas de trabajo para analizar su pasada derrota en las elecciones federales, así como municipales. También analizarían sus debilidades y fortalezas con miras a las próximas elecciones. Fue una Brain Storming.
Debo confesar que cuando me enteré me burle y dije: ¿Cómo para qué se reúnen para analizar lo que cualquier ciudadano sabe?
Por supuesto que mi interlocutor me dio replica y me dijo que la cosa no era tan fácil como yo la veía. Que debían hacerlo.
Y claro que al enterarme de las conclusiones de dicha reunión pensé. ¡que perdedera de tiempo! Me hubieran invitado para decirles a este y todos los demás políticos porque están perdiendo.
Para mí, todo está en la corrupción. Y me dijo, no, digamos que sí, pero no, también esta la falta de unidad política. Y yo repliqué nuevamente que ésta se basaba en la corrupción.
Mi análisis fue muy sencillo.
Por corrupción las calles del país son un asco, porque no invierten en concreto de calidad. Inflan el gasto con cotizaciones y facturas por encima del costo real repartiéndose “las ganancias” después.
Por corrupción las licitaciones para proveedores de medicinas se entregan al postor que más moche ofrezca al organismo comprador derivando en medicamentos de baja calidad a un precio de primera calidad.
Por corrupción las plazas escolares y medicas se otorgan a personas que solo buscan una comodidad económica de por vida con la cultura del mínimo esfuerzo y como resultado los enfermos y estudiantes no obtienen ni salud ni conocimiento respectivamente.
Por corrupción se permite la explotación de los recursos naturales de nuestro país a cualquier extranjero que otorgue dadivas al funcionario que tenga “a bien” otorgar los permisos.
Por corrupción vivimos en un país de violencia, donde los delincuentes son protegidos por la policía.
Por corrupción un bando de un partido político abre vacantes y plazas a los miembros de su equipo mientras los otros militantes ven y fingen que todo está bien.
Por corrupción un alcalde o gobernador o presidente del país otorga permisos, pacta con narcos, obstruye la justicia, da agua en vez de medicamentos a niños con cáncer, entrega medicina que ya no tiene valor curativo a enfermos de SIDA, ordena liberaciones de individuos poderosos que han violado o mutilado o asesinado a más de una persona, encarcela a peces pequeños por asesinatos de niños en guarderías, y básicamente hace lo que quiere mientras esté en el poder y jamás recibe un castigo.
La corrupción va de la mano con la impunidad, la violencia, la apatía, la injusticia y sobre todo la avaricia.
Así que en las pasadas elecciones federales la gente se hartó de la corrupción; al menos de la de las grandes esferas. Se hartó de un grupo de políticos de gran carrera, de gran bolsillo y gran indiferencia. Y votó por lo que cree traerá un bien a su vida y a su país.
Así que cuando los señores de los partidos políticos, sea el que sea, decidan ser honestos tal vez verán en las actas de escrutinio un gran numero de votos a su favor y no tendrán que hacer mesas de trabajo para analizar sus pasadas derrotas sino para ver como seguir complaciendo a su jefe, el pueblo de Mexico.
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