octubre 18, 2025

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El arte maya y su majestuosa cosmovisión  

La civilización Maya un tesoro para la humanidad. Ciencia, arte, literatura, historia, sociedad y cultura, universo sublime en un paraíso.

POR JACK RO

DOMING0 15 SEPTIEMBRE 2024

CD. JUAREZ, CHIH.- Una de las civilizaciones indiscutiblemente más sofisticadas de la cultura mesoamericana es la maya, no solo por sus construcciones, sino por su impresionante mundo aristocrático y por su sofisticada sociedad en el embrujo mágico de sus concepciones idiosincrásicas y de la influencia dominante del chamanismo.

Sus aportaciones científicas al conocimiento de la herencia de la humanidad y su mundo espiritual artístico y evolutivo, que envuelve los misterios de esta sociedad que aún sigue impresionando al mundo entero, con un cúmulo de expresiones ostentosas desarrolladas en Mesoamérica desde el año 500 ac hasta el siglo XVI.  

La aristocracia maya era una clase social privilegiada que desempeñaba un papel crucial en la estructura política y religiosa de la sociedad. Esta élite estaba compuesta principalmente por líderes religiosos, guerreros y administradores, quienes vivían en los centros ceremoniales y palacios cercanos a los templos a menudo combinaban roles religiosos y políticos, actuando como intermediarios entre los dioses y el pueblo. Este poder dual les otorgaba una autoridad casi divina.

El poder y el estatus social se transmitían de manera hereditaria, formando dinastías que gobernaron durante generaciones. Los linajes patrilineales eran fundamentales para mantener la continuidad del poder. La aristocracia residía en los centros ceremoniales, donde se llevaban a cabo rituales religiosos y actividades políticas. Estos centros eran el corazón de la vida maya, y su proximidad a los templos reforzaba el carácter sagrado de su autoridad.

Además de los líderes religiosos y guerreros, había una clase administrativa numerosa que garantiza la gobernabilidad del Estado. Esta clase incluía a funcionarios y especialistas que gestionaban los asuntos cotidianos del reino. Dentro de la aristocracia, había una jerarquía basada en la especialización y el prestigio. Los intelectuales, artesanos y artistas ocupaban posiciones de respeto, aunque por debajo de los líderes políticos y religiosos.

La estructura social maya era compleja y jerarquizada, con una clara distinción entre la élite y las clases trabajadoras. Esta organización permitió a los mayas construir una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, con logros notables en arquitectura, astronomía y escritura.  

Los chamanes podían comunicarse con los dioses y los espíritus, manteniendo el equilibrio entre el mundo humano y el espiritual.

Utilizaban plantas medicinales y rituales para curar enfermedades y mantener la salud de la comunidad. Organizaban y dirigían ceremonias religiosas. Eran conocidos por sus habilidades para predecir el futuro y interpretar la voluntad de los dioses.

Los chamanes mayas no solo eran curanderos, sino también líderes espirituales y consejeros de la comunidad, asegurando la armonía entre el cuerpo y el espíritu de cada individuo.   

El arte maya es uno de los testimonios reveladores culturales más ricos y complejos de la América precolombina. Los mayas destacaron en diversas formas artísticas, incluyendo la escultura, la cerámica, la pintura mural y el arte textil. Sus obras se caracterizan por su exquisito detalle y complejidad, así como por su profunda simbología. 

Los chamanes en la cultura maya eran figuras fundamentales, actuando como intermediarios entre los dioses y los humanos. Desempeñan roles cruciales como curanderos, adivinos y guardianes de la sabiduría ancestral.

Los aportes que hicieron los mayas en el arte, además de la arquitectura y la escultura, destaca su extraordinaria cerámica pintada y múltiples objetos pequeños, las joyas de jade adornos de huesos y conchas, obras en pedestales y madera, y figurillas de barro, entre los cuales se incluye notablemente obras de arte. 

La pintura de los Mayas en los frescos de Bonampak detalla escenas de la vida cotidiana, rituales y ceremonias, y son apreciados por su colorido y dinamismo. La pintura maya es una de las expresiones artísticas más destacadas de la época prehispánica. Utilizaban una amplia gama de colores sustraídos de minerales y pigmentos naturales, como el rojo, amarillo, azul y verde. Sus obras no solo son admiradas por su estética, sino también por las técnicas avanzadas que empleaban y por la riqueza cultural que reflejan en sus creaciones llenas de imaginación creatividad libertad expresiva de la perfección por la inventiva, el refinamiento y el buen gusto.

Las pinturas mayas se encuentran principalmente en murales y códices, los murales decoraban templos, palacios y otros edificios importantes, y a menudo representan escenas de la vida cotidiana, rituales religiosos, y figuras mitológicas, en cambio los códices, eran libros plegables hechos de corteza de árbol, que contenían información sobre astronomía, rituales y genealogías. La pintura se encuentra entre los mejores ejemplos de pintura prehispánica y se plasmaron en madera, piedra, arcilla y colores textiles.

El mural de Bonampak, muestra una serie de escenas detalladas de la vida de la élite maya, incluyendo ceremonias, batallas y sacrificios. Los murales mayas son una ventana a la historicidad de la sociedad y cultura maya, proporcionando información sobre su vestimenta, armas, instrumentos musicales y prácticas religiosas.

Las pinturas en los códices mayas son una ventana fascinante a la vida, creencias y conocimientos de esta antigua civilización. Los códices mayas, como el Códice de Dresde, el Códice de Madrid, el Códice de París y el Códice Maya de México, contienen escenas figurativas y textos jeroglíficos que reflejan aspectos religiosos, astronómicos y cotidianos.

Los pintores mayas desarrollaron un método artificial de obtención de pigmentos para utilizar los en combinaciones con minerales (azurita y malaquita) que importaban a través de una amplia red comercial.  Estas pinturas se caracterizan por su uso de colores vibrantes, como el famoso azul maya, y por su detallada representación de figuras humanas, deidades y eventos ceremoniales.

Los códices eran elaborados en papel amate, hecho de corteza de árbol, y se utilizaban principalmente para registrar conocimientos astronómicos y calendáricos, así como para la adivinación y rituales religiosos.

La arquitectura maya fue influenciada por culturas mesoamericanas anteriores, como la olmeca y la de Teotihuacán. A lo largo de los siglos, cada región desarrolló su propio estilo arquitectónico, adaptándose a los recursos y condiciones locales. 

La arquitectura maya es una de las más impresionantes y sofisticadas de la América precolombina, se caracteriza por su complejidad, creatividad y atención al detalle, por tener plataformas elevadas, pirámides escalonadas, tejados con ménsulas y escaleras monumentales, en los exteriores de las construcciones están decoradas con esculturas y glifos mayas. 

La arquitectura maya no solo refleja la habilidad técnica de esta civilización, sino también su profundo conocimiento de la astronomía y la iconografía religiosa. Fueron los primeros en inventar un telescopio. Predijeron el movimiento del Sol, los ciclos de la Luna, y los movimientos de algunos planetas y constelaciones. Conocían la periodicidad de los eclipses gracias a fórmulas, las que dejaron testimonio en monumentos de piedra.

Las pirámides, como las de Tikal y Chichén Itzá, son estructuras monumentales que servían como templos y centros ceremoniales. Los palacios, como el Palacio de Uxmal, muestran una gran ornamentación en sus fachadas, con esculturas y relieves detallados; donde utilizaron materiales locales como la piedra caliza, la arenisca y la toba volcánica. Los altares: estaban decorados con figuras y símbolos, que flanqueaban las puertas de los templos y palacios, decorados con figuras y escenas detalladas. Las superficies exteriores estaban revestidas de estuco y decoradas con tallas en altorrelieve.

Las ciudades se construían de manera orgánica, adaptándose a la topografía del lugar. 

En la cultura maya, Quetzalcóatl es conocido como Kukulkán. Esta deidad está asociada con la creación, la fertilidad, la luz y el conocimiento.

Los mayas adoptaron a Kukulkán de los toltecas, quienes también veneraban a Quetzalcóatl. En la mitología maya, Kukulkán es una figura central y se le atribuyen muchos de los mismos atributos que a Quetzalcóatl en otras culturas mesoamericanas. Kukulkán es visto como un dios creador y civilizador, y su imagen está presente en muchos templos y pirámides mayas, como la famosa Pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá.

El jaguar ocupaba un lugar muy importante en la cultura maya, considerado un símbolo de poder y autoridad, lo llamaban “Balam” o “Chaac” y creían que el dios del sol se transformaba en jaguar para viajar por el inframundo durante la noche. La piel moteada del jaguar representaba las estrellas y se asociaba con el cielo nocturno. También veían al jaguar como una entidad ambivalente, simbolizando tanto la oscuridad como la luz. Este felino aparece en muchas manifestaciones artísticas mayas, desde la cerámica hasta la escultura.

Además, hay muchas leyendas mayas que involucran al jaguar, una de ellas cuenta que cuando Dios estaba creando al hombre, el jaguar observaba con curiosidad. Para distraerlo, Dios le pidió que trajera agua en una jícara con hoyos. Con la ayuda de una rana, el jaguar logró tapar los hoyos y regresar, pero para entonces Dios ya había creado al hombre y al perro. Esta leyenda ilustra la relación de respeto y temor que los mayas tenían hacia el jaguar.  

En la escultura crearon numerosas esculturas en piedra, talladas con gran precisión y detalle, no solo son decorativas, sino que también tenían un significado religioso y político, representaban temas diversos, desde dioses y gobernantes hasta figuras mitológicas y escenas de la vida cotidiana, reflejando la rica historia y sus creencias, utilizaban herramientas como cinceles y martillos para esculpir, y técnicas abrasivas con arena, cristal de roca o conchas de moluscos para los acabados. Muchas esculturas fueron posteriormente pintadas o recubiertas con estuco.

Los exteriores de los edificios estaban decorados con esculturas y molduras de glifos, formas geométricas e iconografía religiosa, como máscaras de serpientes. Las paredes interiores a menudo estaban decoradas con murales que representaban batallas, gobernantes y escenas religiosas. 

Estos grandes monolitos de piedra tallados en bajorrelieve, que a menudo representaban a gobernantes y se erigían para conmemorar eventos importantes. crearon impresionantes estatuas de piedra y estelas que representaban a dioses, reyes y figuras mitológicas. 

Las estelas mayas son monumentos esculpidos en piedra que desempeñaron una representación vital e importante en la cultura y la arquitectura de esta civilización. Estructuras ricamente decoradas con jeroglíficos y figuras que eran erigidas para conmemorar eventos importantes, como ascensos al trono, victorias militares, sucesos de acontecimientos astronómicos, eran talladas en piedra caliza y tenían una forma rectangular. Algunas con piedras bajas de forma circular conocidas como altares, se colocan en plazas y centros ceremoniales y patios, distinguiéndose por su altura y ornamento majestuoso y sublime. 

Las estelas no solo servían como registros históricos, donde testificaban los vestigios de la vida de los gobernantes, incluyendo nacimientos, matrimonios y victorias militares, sino que también revelaban aspectos importantes en la disposición y el diseño de las estelas en los centros ceremoniales, proporcionan información relevante en la organización de la planificación arquitectural de las ciudades. También se consideraban puntos de conexión entre el mundo terrenal y el espiritual.

Las ciudades mayas no sólo eran centros religiosos y políticos, sino también espacios donde la vida social y económica se desarrollaba de manera integrada con el entorno natural. Se caracterizaban por su disposición ordenada y simbólica. Los edificios estaban organizados alrededor de plazas cuadrangulares y conectados por caminos elevados y empedrados. La arquitectura se adapta a la topografía del lugar, integrándose con el paisaje natural, lo que refleja una profunda conexión entre el hombre y la naturaleza.

El centro de las ciudades albergaba templos, palacios, acrópolis, edificios públicos, juegos de pelota, baños de vapor y observatorios astronómicos. A su alrededor se encontraban las viviendas de la población común y los campos de cultivo. Esta disposición no sólo facilitaba la vida cotidiana, sino que también permitía la realización de ceremonias religiosas y actividades comerciales.

La cerámica maya es fértil y abundante por su gran variedad de vasijas ceremoniales decoradas con intrincados diseños y escenas narrativas, con escenas figurativas que aluden a los dioses y al ciclo del sol. Esta cerámica es una de las expresiones artísticas más destacadas de esta civilización milenaria. 

Donde crearon una amplia variedad de objetos de barro cocido que tenían tanto usos utilitarios como rituales, en los escenarios religiosos y funerarios, se empleaban vasijas y jarras como ofrendas a los dioses y para contener cenizas en los entierros. 

También servían para almacenar alimentos y líquidos, gracias a su capacidad para conservarlos, la empleaba en la vida cotidiana para cocinar y servir alimentos. Estos objetos no solo son un testimonio de la habilidad técnica de sus creadores, sino también una ventana a la rica cosmovisión y vida cotidiana de esta civilización. 

Los ceramistas utilizaban técnicas sin torno, moldeadas a mano añadiendo pequeños rodillos de barro a una base plana hasta obtener formas simétricas de paredes delgadas. La cerámica polícroma, asociada con el mundo funerario, era la más extendida. Combinaban representaciones pictóricas y escritura jeroglífica para crear complejas composiciones que reflejan su dominio de la cosmogonía y la historia de su pueblo. 

Producían vasos y jarras que estaban pintadas con escenas muy detalladas, mientras que las vasijas eran más simples, los cuencos cilíndricos utilizados para las bebidas de cacao solían tener decoraciones que incluían rituales, figuras sobrenaturales o prácticas cotidianas. 

La escritura maya se desarrolló alrededor del 300 a.C. y alcanzó su madurez durante el período Clásico (250-900 d.C.). Su escritura jeroglífica está compuesta por más de 700 signos. No solo documentaba eventos históricos y genealógicos, sino que también incluía textos literarios y religiosos, reflejando la rica cultura y conocimientos de este pueblo ancestral. Con una ideografía pictográfica utilizada en contextos rituales y religiosos, reflejando la rica cosmovisión y mitología de esta civilización, pintaban en glifos en diversos soportes, como estelas, altares, escaleras, dinteles y cerámica. 

Los códices, que eran libros plegables hechos de papel de corteza, también contenían inscripciones detalladas. Utilizaban un sistema logosilábico que combinaba logogramas (símbolos que representan palabras o morfemas) y glifos silábicos (símbolos que representan sonidos silábicos) para escribir en cerámica, muros, códices, madera, piedra y estuco.

Los códices mayas son manuscritos que contienen textos jeroglíficos y pinturas en los que se proporciona valiosa información sobre la visión del mundo de los mayas, sus ritos y su calendario.

La escritura consiste en un sistema jeroglífico que combina pictogramas e ideogramas. Los pictogramas representan objetos de manera directa, mientras que los ideogramas expresan conceptos más abstractos como acciones, ideas y sonidos silábicos. Este sistema de escritura ha sobrevivido en tallas de piedra, estuco, diversos artefactos manufacturados y códices. Los mejor conservados suelen proceder de monumentos de piedra, especialmente altares, estelas y elementos arquitectónicos. La cerámica también es una fuente importante, ya que muchas vasijas llevan inscripciones pintadas o grabadas.

Los mayas eran hábiles tejedores y creadores de textiles, pigmentaban con tintes naturales para crear patrones vibrantes y complejos en sus tejidos. El arte textil es una expresión rica y compleja de su cultura, identidad y creencias religiosas. Los textiles no solo  eran prendas de vestir, sino también una forma de arte que reflejaba la cosmovisión y la conexión de los mayas con lo divino y lo terrenal.

Las mujeres que eran las obreras que desarrollaban esta función laboral, tradicionalmente creaban textiles utilizando materiales como el algodón y el maguey, en el telar de cintura y el brocado para crear tejidos intrincados y coloridos. El algodón, en particular, estaba asociado con las élites y se teñía con tintes naturales obtenidos de plantas y moluscos. 

Cada hilo, color y diseño en los textiles mayas tenía un significado profundo. Los patrones geométricos, las figuras zoomorfas y la simbología sagrada transmitían mensajes sobre la relación de los mayas con la naturaleza, los dioses y el universo.  Además de su valor simbólico, los textiles también tenían una función práctica en la vida cotidiana y en las ceremonias de sus ritos cósmicos. Producían huipiles que son las prendas tradicionales usadas por las mujeres, a menudo decoradas con bordados elaborados. Tzutes son paños multifuncionales que podían usarse como mantas, bolsas o para llevar objetos. Tapices y Brocados: Utilizados para decorar y como ofrendas en ceremonias religiosas.

El arte maya no solo era estéticamente impresionante, sino que también tenía un profundo significado religioso y social, reflejando la cosmología y las creencias de esta civilización. La pintura maya es una de las expresiones artísticas más destacadas de la época prehispánica. Se encuentra principalmente en tres soportes: murales, códices y vasijas de cerámica.

Los códices mayas son manuscritos que contienen textos jeroglíficos y pinturas. Proporcionan valiosa información sobre la visión del mundo de los mayas, sus ritos y su calendario. Vasijas de cerámica: Decoradas con motivos policromados, estas vasijas muestran escenas laicas y rituales, como señores recibiendo ofrendas o mercaderes de viaje.

Los mayas utilizaban una amplia gama de colores brillantes y vivos, creados a partir de materiales naturales como el ocre rojo y el azul maya, un color que ha conservado su belleza hasta hoy. Utilizaban pinceles de pelo de animal y técnicas como el estarcido para crear texturas y efectos.

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