octubre 20, 2025

Timing Político

La política tiene su propio Timing

EL EXCREMENTO EN LA ESCALERA.

Por: Jesús Fco, Ávila Ventura.

 

En días pasados me vi obligado a utilizar el paso peatonal construido en la avenida 16 de Septiembre y calle Francisco Villa para poder sortear el tren que se encontraba ese día, igual que todos los demás, parado obstruyendo ese crucero.

Y digo que me vi obligado por dos razones principales; la primera por peligroso, ya que es subterráneo y  las luces no funcionan (como en toda la ciudad) y uno se expone a un asalto puesto que nunca hay un policía, ya no digamos adentro, al menos cerca del área mientras esté el tren obstruyendo el crucero y el paso peatonal en uso.

Segundo, porque siempre tiene un olor nauseabundo a mugre y orina de la gente que, carente de cultura, educación, limpieza y hasta de vergüenza, hace de sus necesidades fisiológicas en su interior.  No sé cuántas veces lo limpiará el Municipio, pero siempre que me ha tocado utilizar ese paso peatonal se encuentra en condiciones pésimas de salubridad.

Pero el colmo, lo que mayor repugnancia me causó, fue ver un trozo de excremento humano en un escalón de las escaleras de acceso a dicho túnel peatonal, el cual fue pisado y embarrado en varios de los escalones por un despistado peatón que nunca imagino que un ser humano pudiera defecar en un lugar público a la vista de todos.

Gente subía y bajaba esos escalones y solo atinaba a hacer gestos de asco, taparse la boca y la nariz con la mano, yo entre ellas.

Pues bien, rápidamente se me vino a la cabeza establecer una analogía entre esa mierda embarrada en la escalera y el excremento que existe en la mente de muchas personas en esta ciudad, entre ellas, algunos políticos y gobernantes.

En la gente, porque cómo es posible que les pase la idea de realizar sus necesidades básicas en ese espacio cerrado y de acceso público cuando a pocos metros de ahí tienen varios baños públicos a su disposición. Lo mismo ocurre con esas personas que sin el menor pudor arrojan la basura desde la ventana de su carro o autobús, o aquellas que van caminando y arrojando las envolturas o envases que ya consumieron, y lo peor, enseñan a sus vástagos a hacer lo mismo.

O de aquellos abusones que se meten a la fuerza en las filas, sean éstas la los puentes internacionales, cines, etc. Los que sin la menor preocupación se cuelgan de la energía eléctrica, abren tomas clandestinas de agua, o simplemente, son el clásico influyente.

En muchos de los políticos y gobernantes la analogía se da en dos vertientes. La primera, bien dice el refrán popular que la política es el arte de comer caca sin hacer gestos; o sea, el excremento que tienen que tragar y oler con tal de llegar al poder; dicho de una manera menos escatológica, tienen que soportar humillaciones, traiciones y a la vez cometerlos ellos mismos contra sus adversarios o correligionarios con tal de tener acceso al puesto deseado.

La segunda vertiente, se puede explicar pensando que la mente del político este llena de heces fecales para que piense que el ciudadano lo va apoyar cuando no le ha cumplido ni con lo mínimo exigido. Huelga mencionar los nombres de esos políticos ya que se encuentran diseminados en los tres niveles de gobierno, sin embargo, hay casos excepcionales.

Cuando un Alcalde no es capaz de solucionar un problema de alumbrado público en tres años, ni puede hacer que el servicio de recolección de basura opere correctamente, ¡vaya! ni siquiera mantener un paso peatonal libre de excremento, entonces, ¿cómo es posible que esté pensando en lanzarse de candidato a gobernador?

Solo otro político o ciudadano con su cabeza repleta de ese desecho de los intestinos, podría brindarle ese apoyo.

¿Pero cómo contrarrestar a toda esa suciedad mental, social y cultural? Tomando conciencia y abatiendo esa apatía ciudadana a la hora de salir a votar o de participar en algún movimiento cívico, que es lo que deben de procurar impulsar los partidos políticos y el Instituto Nacional Electoral; trabajo que, por cierto, desarrollan de una manera muy deficiente.

Asimismo, como lo dijo AMLO, las clases de Ética y de Civismo tienen que regresar a las escuelas para así poder implantarlos en esas tiernas mentes y recuperar los valores que se han perdido, para de esta manera poder rescatar, ya no a esta sociedad, si no a la próxima generación.

Finalmente, la solución está en el seno familiar y en cada uno de nosotros para ir limpiando todo ese excremento que ya está embarrado, no solo en esas escaleras peatonales, sino en todos los rubros de nuestra sociedad.

TIMING POLÍTICO. 

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