POR: DR. VICTOR GARCIA MATA.
El movimiento Me Too (Yo También), está llegando tarde al deporte, los organismos reguladores del deporte olímpico no son receptivos a los avances sociales de las luchas por la igualdad de género y contra el sexismo, siguen sin cambiar su visión patriarcal, pero las mujeres en especial están levantando la voz y están trascendiendo.
En la olimpiada llevada a cabo en Japón, esto ha impactado, las mujeres del equipo de balonmano de playa del equipo de Noruega, se han negado a usar los uniformes aprobados por el comité de la disciplina al considéralos sexualizados, degradantes, sexistas, donde se denigra a la mujer al exponerlas sin su consentimiento ante el público, para ello han decidido usar uniformes que ellas consideran más adecuados, con el apoyo de su entrenador, ante esto las autoridades deportivas las han multado con 150 euros por jugadora que no use el bikini, una cantante de nombre Pink se ofreció a pagar la multa, aunque la federación noruega apoyo a sus atletas y aporto el dinero.
Platicando con mis amigos, se mostraron en desacuerdo con el tema, ya que para ellos es el atractivo de ciertos deportes el portar ciertos uniformes, como ellos creo que mucha gente estaría de acuerdo por la cultura sexista que sigue vigente en nuestra sociedad, pero aunque lento, el movimiento por eliminar esta cultura sexista de ver a la mujer como objeto ha ido avanzando, aunque tenga que luchar contra las estructuras legales conservadoras.
En cuanto a otro deporte, como lo es la gimnasia femenina, las mujeres también están usando uniformes con las que ellas se sientan cómodas y dignas, ya se usan las vestimentas donde están cubiertas toralmente, antes no se habían usado, quizá no se consideraba como algo sexualizado, pero ahora se ha visto ese enfoque por lo que Las gimnastas olímpicas de Alemania, usan uniformes que cubren todo el cuerpo en rechazo a la ‘sexualización’ del deporte, en este caso no fueron sancionadas, ya que es aceptable este tipo de uniforme, pero el avance por la dignificación del deporte está avanzando, en especial en estos juegos olímpicos, en los pasados celebrados en Rio de Janeiro no fue un tema, pero cinco años después si lo es, la dignificación llego para quedarse.
En el caso de una atleta española Ona Carbonell, no se le permitió viajar con su hijo lactante, por lo que tuvo que dejarlo en su país y no alimentarlo de manera natural, las autoridades se negaron a que ejerciera su derecho a participar y atender a su bebe, finalmente opto por viajar con su delegación y no llevar a su hijo, pero con evidente enfado.
Como vemos, los movimientos reivindicativos de la mujer han registrado grandes progresos, en la legislación, en varios aspectos, pero en cuando a lo que es el olimpismo mundial, sigue rezagado este aspecto tan importante de la conveniencia mundial, y de ciertas prácticas que no han sido aceptadas, falta mucho, pero se están sentando precedentes importantes, que harán que pronto este tipo de temas hayan sido rebasados y se goce de plenos derechos y preferencias.
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