El presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, firmó convenio con la empresa japonesa Mitsubishi para que el cien por ciento de las acciones de la Exportadora de Sal S.A de C.V (ESSA) le pertenezcan a México.
AMLO aseguró que no se trata de una expropiación, sino más bien de un acuerdo económico que convenía a las dos partes.
En su discurso de ayer tarde, subrayó que la Exportadora de Sal tiene que ser bien administrada y con cero corrupción, para que rinda y beneficie a la comunidad y a sus trabajadores.
“Va a seguir funcionando muy bien, con buenos resultados. Tenemos que sacarla adelante y alejarla lo más que podamos, para siempre, de la quiebra y de la privatización. Es una empresa del pueblo de México y en especial de Mulegé y Guerrero Negro”, expresó.
La titular de la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro Sánchez, expuso que, “para nacionalizar” a la Exportadora de Sal, se invirtieron mil 500 millones de pesos para comprar el 49% de las acciones que pertenecían, hasta hoy, a Mitsubishi.
Este monto, según dijo la secretaria, proviene en un 25% del Servicio Geológico Mexicano y en un 75% del Fideicomiso de Fomento Minero.
ESSA es la exportadora de sal más grande del mundo, tiene una producción de 8 millones de toneladas al año, con un producto de alta calidad que abastece a la industria en Asia y la costa este de América del Norte.
La capacidad de las instalaciones y producción de la paraestatal permiten recibir y cargar barcos por hasta 180 mil toneladas.
Produce y exporta el 84% de toda la sal en el país, lo que posiciona a México como uno de los principales productores de América Latina y el séptimo a nivel mundial.
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