Timing Político

La política tiene su propio Timing

EL TREMENDO TETO

El ave de las tempestades, genio y figura, muchas combinaciones coloquiales se pueden emplear para personajes que dejaron una huella en algún lugar, buena o mala, pero a quienes con seguridad se les recordará, en este caso, a Teto Murguía.

Controvertido a mas no poder, con muchos detractores y apoyadores, todo esto fue Teto, menos mediocre. No estaba en la medianía, al contrario, para unos estaba en el máximo nivel y para otros era un personaje negativo que se aprovechó de su puesto para enriquecerse. De lo que sí estoy seguro es de que por un buen tiempo se hablara de él, a veces bien y otras no tanto.

Teto fue un empresario de cepa, de una de las familias más importantes de Ciudad Juárez en el ámbito empresarial. Los Murguía destacaron a lo largo de todo el siglo XX como una de las dinastías dominantes de la ciudad. Por ejemplo, Alfonso, tío de Teto, fue dueño de varias empresas entre las cuales destacan las Lavanderías La Francesa, las Casas de Música de Lux, el Hotel de Lux (hoy en ruinas y ocupado por algunos migrantes). Además, también fue un gran impulsor de la industria maquiladora en la frontera.

Luego vino su primo Carlos, con sus famosos restaurantes Barrigas y otros negocios; su primo Óscar Cantú, dueño de naves industriales y de un periódico local; y los hermanos de Teto, quienes han estado en la política ocupando puestos de elección popular, aunque siempre el más mediático fue el mismo Teto Murguía.

Este fue una persona conocida en las colonias populares; le gustaba darse baños de pueblo. Sus incursiones por los barrios eran importantes, entre más humildes mejor. Sociológicamente, se le podría catalogar como un clásico populista, pero a él no le importaba, porque la gente lo reconocía y realmente era popular. Esta característica la combinó con la utilización de sus cargos públicos para hacer negocio; por ejemplo, en la construcción del Periférico Camino Real, obra de gran magnitud realizada con recursos públicos y de la cual una gran parte de su familia y él mismo se beneficiaron.

En este caso en particular se enfrentó con varios grupos de la sociedad civil, aunque también hay que reconocer que contó con un gran respaldo por parte de los grupos económicos que hicieron que el proyecto saliera adelante, pese a la protesta social. Esta protesta se hizo famosa durante una sesión de cabildo, cuando Teto Murguía mandó llevar colonos para enfrentar a los activistas sociales; no valió tanto el argumento sino la fuerza. De ese tamaño era su voluntad por sacar adelante esa obra cumbre y emblemática de su administración.

Además, hizo varias cosas muy polémicas, algunas -justo es reconocerlo- de beneficio para la ciudad, como la pavimentación del viaducto Díaz Ordaz y la construcción de la X, obra que, pese a las descalificaciones por los daños ecológicos, se ha convertido en un símbolo para Ciudad Juárez.

Teto fue lo que los estudiosos de la teoría política llamamos un represente genuino de las élites, tanto económicas como políticas. En el ámbito empresarial ocupó diversos cargos, entre ellos en las cámaras industriales, en especial en la industria de la transformación (Canacintra). Pero también estuvo en el rubro de la política, donde destacó mucho y fue diputado, senador, alcalde dos veces (y en ambas ocasiones por la vía de las urnas).

Solo se frustró lo que para él hubiera sido su sueño y la culminación de su carrera política: la gubernatura. Ahí no se le hizo. Pero al no conseguir su objetivo continuó acrecentando sus empresas, su poder, su dinero, hasta llegar ser un poderoso empresario. Éxito en ambas vertientes.

Todavía con fuerzas, intentó seguir su carrera política. Se quedó picado. Todavía se movía su corazoncito por algún cargo de elección popular, por lo que buscaba la senaduría o regresar a la presidencia municipal de Ciudad Juárez. Sin embargo, la muerte lo sorprendió. En lugar de gastar y disfrutar su gran fortuna, todavía tuvo la intención de seguir en la política. Pero ya no pudo más y su vida se extinguió.

El legado que deja Teto Murguía para unos es bueno y para otro no, pero de que se le recordará, se le recordará, como una persona que hizo toda su vida en Juárez. Hay que reconocerlo como alguien quien siempre pensó en su ciudad y que aquí descansará en paz.

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