octubre 19, 2025

Timing Político

La política tiene su propio Timing

Goebbels tenía reputación.

POR: GIL MIRANDA.

La política, al igual que otras ciencias, logra solidez con base en la confianza y la confianza se gana con reputación. Debido a esto, para que una propuesta de cambio social sea creíble y posible de realizar debe estar hecha por alguien de quien los ciudadanos tengan un buen concepto, de lo contrario incluso siendo buena la propuesta y realizándose de manera honesta y a conciencia, no será legitimada por la sociedad porque en este momento en que hay sobreexposición mediática, la reputación es tan importante como la inteligencia.

Un claro ejemplo de estos dos factores, reputación e inteligencia, fue Joseph Goebbels, quien fue un político alemán responsable del Ministerio de Propaganda del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NAZI) encabezado por Adolf Hitler. Cuenta la historia a través de los libros que Joseph Goebbels era un hombre inteligente y educado, pues se doctoró en Filosofía y posteriormente intentó ser periodista y escritor, sin gran éxito. Desafortunadamente los nazis utilizaron la inteligencia y la reputación para fines negativos pero lo que aquí se destaca es la capacidad de influencia social no solo a través de las armas, sino también de las ideas.

La gran obra de Joseph Goebbels fue la creación de “Los 11 principios metodológicos para la propaganda”, que es una lista de ideas que son o deben ser analizadas y aplicadas por quienes se especializan en la comunicación, la mercadotecnia, la publicidad, las relaciones públicas y el periodismo. Estos conceptos son llevados a la práctica hasta el día de hoy en la política, el deporte o la empresa, entre otros sectores.

“Los 11 principios metodológicos para la propaganda” son los siguientes en este orden con una breve explicación: el principio de simplificación y enemigo único (consiste en elegir un solo enemigo y atacarlo en su punto más débil); el principio del contagio (consiste en agrupar a los enemigos bajo una misma idea, en caso de que existan varios enemigos).

El principio de la transposición (consiste en no reconocer los errores, en no admitir las responsabilidades y quitarse la culpa a uno mismo para echársela a otro); el principio de exageración (consiste en agigantar un mal, al grado de causar miedo y una sensación de peligro o gravedad); el principio de la vulgarización (consiste en que todo sea expresado de manera fácil, para que todos lo puedan entender y asimilar la idea).

El principio de orquestación (consiste en difundir ideas y repetirlas tantas veces como sea necesario hasta hacer que una mentira dicha tantas veces se convierta en una verdad); el principio de renovación (consiste en dar noticias constantemente para impedir que el enemigo tenga tiempo de responder y que la gente no tenga tiempo de pensar).

El principio de verosimilitud (consiste en negar un hecho verdadero a través de diversos argumentos falsos y diferentes, hasta que la verdad sea puesta en duda); el principio de silenciación (consiste en hacer callar lo que no conviene, de manera autoritaria).

El principio de transfusión (consiste en expresar las ideas basándose en algo con lo que todos se puedan identificar o sentirse arraigados); el principio de unanimidad (consiste en hacer creer que todos piensan de la misma manera y que todos persiguen un mismo fin).

Actualmente, cuando un especialista analiza el aparato de comunicación de los diversos niveles de gobierno rápidamente se da cuenta que prácticamente los 11 principios están perfectamente bien aplicados, de eso no hay duda, todos o casi todos se cumplen al pie de la letra pero hay un factor que se les escapa en la construcción de la imagen política a ambos: políticos y asesores… ese factor es que el doctor Joseph Goebbels tenía reputación.

Joseph Goebbels

TIMING POLÍTICO.

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