octubre 19, 2025

Timing Político

La política tiene su propio Timing

HAY QUE VENDER EL DERECHO A INMIGRAR.

Por: Gilberto Miranda.

Hay que vender el derecho a inmigrar, como lo mencionó el economista estadounidense Gary Becker en su libro ‘The challenge of immigration: a radical solution’ (por su traducción al español: “El reto de la inmigración: una solución radical”) de lo contrario hay que cerrar la frontera sur y evitar el paso de inmigrantes. Sin dudarlo una vez y sin pensarlo dos veces.

México no puede permitir el ingreso de mala migración al país y entiéndase la mala migración como un grupo de personas de bajo nivel económico, educativo e incluso en algunos casos con problemas de salud o problemas con la justicia.

Nuestro país tiene que cerrarse a los países chicos y abrirse a los países grandes. El intercambio con los países grandes genera desarrollo económico, transferencia tecnológica, intercambio de ideas, expansión cultural, progreso académico, entre otras cosas. El intercambio con países chicos no.

Cerrarse o abrirse al mundo es una cuestión de enfoque global, es decir: Estados Unidos al ser un país más grande se está cerrando a México que es un país más chico. México al ser un país más grande debe cerrarse a países centroamericanos que son países más chicos.

Únicamente deben aceptarse inmigrantes que, siguiendo las regulaciones y realizando estimaciones de las aportaciones, generen importantes beneficios netos a nuestro país. Así pues, como a Estados Unidos no le conviene aceptar mala inmigración mexicana, a México no le conviene aceptar mala inmigración centroamericana.

No por rechazar a quienes intentan entrar ilegalmente a nuestro país vamos a dejar de ser una sociedad hospitalaria, lo seguiremos siendo pero cuidando lo que nos pertenece. Porque además, la mala inmigración no solo perjudica el presente, sino el futuro del país.

Situación diferente es la fuga de cerebros, que también es inmigración pero con preparación académica que eleva la competitividad en el país de destino, perjudicando al país de origen, pues el país de origen invierte en educación pública que es aprovechada por otros países de destino cuando un ciudadano no encuentra lugar en un sector laboral del país que invirtió en su educación.

El problema es que no hay fuga de cerebros hacia México, ¿Quién va querer venir? Si ni siquiera los cerebros de aquí encuentran lugar. Ningún ciudadano de ningún país se queja cuando llega alguien mejor y se queda con su trabajo, pues al final de cuentas hay que competir. Las quejas son cuando la competencia es hacia abajo, no hacia arriba. Fíjese que todos los empleos que se dice que podrían ocupar los centroamericanos son de muy bajo valor y eso impacta a todos los niveles.

Y es verdad que entre los migrantes hay niños, mujeres y adultos mayores, pero es que en México también los hay y también con grandes carencias. Si queremos competir tiene que ser con los países grandes, no con los países chicos. A los débiles no se les puede ver como aliados. Permitir la entrada de inmigrantes centroamericanos llevará a México a un destino de país centroamericano.

Estemos de acuerdo o no, Donald Trump está cerrando Estados Unidos al ser un país grande para devolverle al americano el orgullo de ser americano. Ojalá que los mexicanos recuperemos el orgullo de ser mexicanos maximizando nuestro bienestar de todas las maneras legales posibles, seleccionando con mejor criterio la inmigración, cuidando los derechos humanos, sí, pero recordando que debe existir una calidad y cantidad óptima de inmigrantes y si no, lo mejor es cerrarnos a lo que no nos conviene.

TIMING POLÍTICO.

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