Por: Jesús Ávila Ventura.
Gran polémica social y política se ha desatado e intensificado en los últimos meses por los programas de alumbrado público que han presentado ante sus respectivos Cabildos el alcalde de Ciudad Juárez y la alcaldesa de Chihuahua, Armando Cabada y María Eugenia Campos, respectivamente.
Y no es para menos, pues ambos alcaldes hablan de sustituir al 100 por ciento todas las luminarias de sus ciudades, mediante un proyecto que requiere una inversión que ronda los 6 mil millones de pesos cada uno, y que comprometen sus finanzas municipales hasta por 15 años.
Muchos ciudadanos y actores políticos piensan de esta manera: “Si aprueba o se niega uno de ellos, en automático debe hacerse lo mismo con el otro, pues consideran que son proyectos “gemelos”; por lo que de no hacerlo, se actuaría de manera incongruente.
Al margen del trasfondo político y de las grillas de café, en donde se hablan de “pactos obscuros” entre alcaldes, gobernador, diputados y regidores, para sacar “haiga sido como haiga sido” sendos proyectos de iluminación, les diré por qué no se puede «medir por el mismo rasero» a Juárez y Chihuahua iluminados, y sí se pueden votar de manera distinta.
El Proyecto “Juárez Iluminado” contempla instalar 109 mil 137 luminarias de tecnología LED de última generación, a un costo total del sistema de alumbrado público de 5 mil 976.3 millones de pesos, lo cual amarra las finanzas públicas por las siguientes cinco administraciones.
El alcalde Cabada afirma que no se endeudara más al Municipio de Juárez, ya que se contempla como forma de pago los recursos que se recaudan por el Derecho de Alumbrado Público (DAP) que se nos cobra a todos los usuarios en el recibo de la luz. Este proyecto incluye cargarle al ciudadano un aumento anual del 5 por ciento del DAP durante los próximos 15 años.
Es decir, para los ciudadanos que actualmente pagan cada mes 20 pesos por DAP, al aprobarse el proyecto de iluminación de la ciudad comenzarán a pagar al siguiente año un peso más, 21 en total cada mes; para quienes pagan por bimestre, será de 42 pesos, más lo que se acumule en los 15 años.
En su oportunidad, la organización ciudadana Plan Estratégico alertó sobre que “Juárez Iluminado” es un proyecto con un alto grado de riesgo tan solo porque se sustenta con el cobro del DAP, un derecho que la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó inconstitucional y solicitó su invalidez; por lo que al contemplar un aumento en el cobro del DAP de un 5 por ciento cada año se puede generar un incremento en el número de amparos que recibe el Gobierno Municipal, sobre todo de empresas.
Funcionarios aseguran que no representará una deuda para el Municipio, aunque en los hechos quedarán comprometidas las participaciones federales como garantía de pago y la operación deberá inscribirse en los registros aplicables a las operaciones de deuda pública para efectos de su debida publicación y control; por lo que si por alguna razón se elimina el DAP, entonces el municipio tendrá que asumir el pago con sus ingresos de las aportaciones federales.
Es decir, si se cumple la ley y se quita el cobro del DAP, se dejarán de atender otras cosas para pagar el alumbrado; y esto nos lleva a otra gran diferencia entre Juárez y Chihuahua. En esta ciudad fronteriza se agravaría el gran déficit en obra pública, pavimentación, seguridad e infraestructura urbana; a diferencia de la capital estado, en donde son otras las prioridades y otra forma de financiamiento de su programa de alumbrado.
La situación financiera en Juárez es crítica, ya que arrastra una deuda pública de 2 mil 200 millones de pesos; una deuda por el fallido Plan de Movilidad Urbana y un conflicto legal por el también fallido programa de alumbrado público que se realizó con la empresa IntelliSwitch desde la administración municipal de Héctor Murguía Lardizábal
En el caso del Municipio de Chihuahua, éste solo tiene una deuda pública de 50 millones de pesos.
La alcaldesa Maru Campos expuso que en su programa “Iluminemos Chihuahua” se van a instalar 81 mil 500 luminarias LED de mayor luminosidad, eficiencia y ahorro de energía; además de colocar 1,600 nuevas luminarias donde actualmente no hay. Todo con una inversión de 6 mil 100 millones, la cual se espera pagar por medio de una concesión a una empresa con duración de 15 años.
Dijo que a partir del inicio de la concesión le invertirán 6 mil 622 millones de pesos, que sería el mismo gasto que se haría si siguieran con el viejo alumbrado en mantenimiento, reparación, y gasto de energía.
En fin, como se verán son dos proyectos de alumbrado público, mas no se proponen con un mismo esquema financiero, y mucho menos las finanzas de ambos municipios se encuentran en la misma situación para asumir el costo una posible nueva deuda en su momento; aunado a que el rezago en infraestructura es abismal entre ambas ciudades.
Pese a ello, el Proyecto Juárez Iluminado ya fue aprobado por el Cabildo de Cd. Juárez, y el de Iluminemos Chihuahua, aún se encuentra cabildeándose en la capital.
La responsabilidad de tomar una buena decisión, que ilumine a ambas ciudades con un programa que no comprometa las finanzas municipales y no sacrifique otras obras prioritarias, está ahora en manos del Congreso del Estado.
Ojala que esos pactos políticos con miras electorales al año 2021 que se ventilan en esas grillas de café no predominen en esa decisión, por la misma honorabilidad de los legisladores, pero más que nada, por el bien de todos los ciudadanos.
TIMING POLÍTICO.
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