Las aspirinas para el abandono

POR DR. VICTOR GARCIA MATA

Para cuando se publique este artículo, seguramente ya se habrán aprobado los proyectos del presupuesto participativo que lanzó el Municipio para obras de la ciudad. Aparentemente el ejercicio es bueno, porque permite a la población participar en el destino que se dará a los recursos públicos; sin embargo, hay varios aspectos a considerar: el primero de ellos es que realmente el presupuesto para obras públicas es muy bajo.

Es importante recordar que existen recursos importantes para la realización de obras, los cuales se obtienen mediante la canalización de recursos generados por los puentes internacionales. Obtener estos recursos fue el motivo de la lucha de quien en su momento fuera alcalde de Juárez, el ya fallecido Francisco Villareal, el cual durante su lucha municipalista fue a parar a la cárcel por desobediencia civil. Sin embargo, Villarreal recibió el apoyo mayoritario de la población al pelear por recursos para la ciudad, vía los puentes internacionales.

A este respecto, actualmente no se nota que los recursos conseguidos por este rubro se estén canalizado a obra pública, en especial a pavimentación o bacheo; la ciudad simplemente está hecha garras y los presupuestos para tener mejores vialidades no se notan. Se construyeron oficinas de primera para el fidecomiso de puentes, además de sostener una gran burocracia, pero las calles permanecen sin el mantenimiento adecuado.

Por su parte, el actual gobierno federal acordó que los recursos obtenidos por la regularización de autos se emplearía en pavimentación y mantenimiento de calles; sin embargo, esto tampoco se ha visto reflejado.

Entonces, como vemos, los dineros disponibles son bastantes, pero no se ven reflejados en la ciudad. Podemos recorrer las calles principales y sobre todo las de la periferia, las colonias viejas, el norponiente y el suroriente, y las calles están igual o peor que antes, pese a que los municipios también disponen de recursos para pavimentación. En esto deberían emplearse nuestros impuestos del predial y otros derechos municipales, pero no ocurre así y sin embargo se gastan cantidades exorbitantes en propaganda gubernamental, cuando la mejor propaganda sería ejercer honesta y eficientemente el presupuesto y que se notara en la ciudad que se han invertido en ella esos impuestos.

Además, el proyecto denominado Presupuesto participativo no tiene razón de ser, ya que consiste en inversiones muy pequeñas para el tamaño de la ciudad, que se canalizan para diversos proyectos, los cuales muchas veces se quedan en colonias de alta plusvalía o de la clase media y alta, sectores en donde la población tiene más acceso a recursos ya que son profesionistas, empresarios, comerciantes, etc., y sin embargo sus colonias son las que se llevan la mayor parte de las obras que se están concursando.

Pero sobre todo es deber del municipio (sin descartar al estado y a la federación), distribuir los recursos de los programas antes señalados, aunque solo sean como una aspirina ante el desastre urbano existente, y que condenan a las colonias populares a vivir siempre en el abandono. Da pena circular por esos lugares donde el daño a los vehículos es constante, mientras que se realizan estas actividades en el municipio que quieren aparentar como que los dineros municipales se están invirtiendo en la ciudad; lo cual hacen, pero de una manera limitadísima.

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