Por: Eduardo Borunda.
El México que nos ha tocado vivir en el presente siglo y en especial en esta década es muy diferente en la formas en que lo percibimos años atrás, pero en esencia sigue siendo el mismo de antes. Concluyo entonces que nada ha cambiado significativamente.
Los medios de comunicación siguen siendo los amos y señores de la opinión pública, el cuarto poder se mantiene con nuevas formas y expresiones, pero siguen en su papel de informadores de una sociedad que ha dejado de leer para convertirse en una nueva expresión de la sociedad teledirigida de la que nos hablaba Giovanni Sartori.
Haciendo una reflexión de si hubo cambios significativos en la última década, la primera conclusión a la que podemos llegar es que no. Trataré de explicarme, en primer término, son los mismos participantes, los mismos de siempre que estarán en las boletas electorales, pero lo sorprendente es que están no desde hace una década sino que se han mantenido en el control de los partidos y de los espacios de poder desde siempre, desde la década de 1980 y anteriores, alternándose de un lado o del otro, pero siempre en el mismo escenario.
Otra de las características ha sido el desaseo con el que se han conducido tanto aspirantes como dirigencias de los partidos políticos en busca del poder. Por citar un ejemplo, en fechas recientes apareció en diversos medios de comunicación el nombre de la abogada Lorena Acosta Aguilera como candidata del Partido del Trabajo por el Distrito 06 local.
Nos enteramos que a la licenciada no la conocen ni en fotografía en las oficinas del PT. Además, nos dimos cuenta que el espacio contemplado para la candidatura a diputado por el distrito 06 local los petistas lo tienen reservado para una joven maestra del Frente Magisterial del CDP-Partido del Trabajo. La política del agandalle se asoma a la ventana de los partidos políticos y si el PT no se pone trucha, le comen el mandado.
Otro ejemplo de los que podemos mencionar como guerra sucia toco en el corazón de Sofío Ramírez Hernández, delegado especial del PRI en el estado de Chihuahua a quien se acusó (de manera anónima) de pedir favores sexuales para obtener algún que otra candidatura desde una regiduría y/o hasta una diputación. Pues resulta que el delegado presentó una denuncia de hechos contra quien o quienes resulten responsables de tal denuncia ya que carece en los hechos de veracidad.
En las mesas de café se dice que es fuego amigo y que el responsable se encuentra dentro del comité estatal del PRI. Así es la grilla en tiempos electorales, veremos qué pasa.
En los terrenos de la alcaldía independiente, quien escupió hacia arriba fue la abogada Irma Medrano quién en entrevista en el canal local de Televisa hizo “papilla” la labor de los regidores independientes al llamarlos palabras más palabras menos “borregos sin voluntad propia”, la cuestión es que si ya sabían las condiciones de trabajo dentro de la administración y en particular con las instrucciones de un gobierno electo ¿por qué hasta hoy hace la denuncia?
Nos dicen fuentes al interior de la presidencia que el show de la abogada obedece a que su nombre no aparece más en la boleta electoral y dejará de percibir un sueldo muy decoroso, de allí su encono y crítica a todo lo que se llame gobierno independiente.
En conclusión, en todos lados se cuecen habas, por ello hablar de un cambio en la forma de hacer política en México se ve difícil. Ni los 50 mil pesos que ofrece Sofío Ramírez para quien denuncie a los difamadores, harán que se limpie su nombre, ni una taza de café hará que se concilien los intereses de la fracción independiente en el ayuntamiento entre la abogada y los regidores comandados por el doctor Carlos Ponce Torres.
La historia del PT estará de pelos, ya que se enfrentarán a imposiciones para tratar de salvaguardar la honra en la designación de sus propios candidatos. La historia se repite una y otra vez… ¿Qué pasará en los otros partidos y que no nos damos cuenta?
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