Timing Político

La política tiene su propio Timing

¡MEXICO DESPIERTA!

POR: LIC. VERONICA SALDAÑA

Esta mañana, perdiendo el tiempo en el Face, leí el encabezado de un artículo que me causó absoluta indignación y enseguida el morbo. Así que di click para leer los comentarios de las personas. Siempre me causa curiosidad ver hasta dónde llega el pensamiento humano.

Estoy refiriéndome al sonadísimo caso del actor Pablo Lyle. En verdad desconozco que ha hecho de trabajo actoral el señor, y ese no es el tema.

A modo de resumen el caso fue así: el actor iba rumbo al aeropuerto de Miami junto con su familia para tomar un vuelo a la Ciudad de México. El auto era conducido por su cuñado Delfino quien, según los testimonios, dio una vuelta en U, tal vez incorrecta, la cual molestó al ahora fallecido, Juan Ricardo Hernández, de origen cubano, que en ese momento contaba con 63 años de edad y el cual aprovechó un semáforo en rojo para bajarse de su auto a reclamarles su falta de prudencia al conducir golpeando la ventana del auto del actor.  

En ese instante el actor y su cuñado se bajaron a discutir con el señor, y según imágenes captadas en video, el automóvil del cuñado se empieza a desplazar solo (tal vez en modo neutral) y éste regresa a detenerlo, pudiéndose observar que la víctima regresa a su auto también. Sin embargo Pablo Lyle corre desde su auto a golpear al señor Hernández quien de manera inmediata cae al piso quedando inconsciente.

En las imágenes se puede observar como el actor sube al auto y junto con su familia huyen del lugar. Pero gracias a testigos que tomaron las placas del vehículo del agresor, el actor fue increpado y detenido por la policía de Miami en el aeropuerto.

Otras versiones indican que el autor se entregó el mismo día y pagó una fianza para después viajar a México como eran sus planes. Sin embargo, cuatro días después, el señor Hernández falleció debido al traumatismo recibido en la cabeza al momento de caer al suelo por el golpe de Pablo y fue entonces que empezó todo el proceso legal.

Al parecer han transcurrido prácticamente cuatro años desde ese entonces hasta el pasado mes de octubre en el que fue declarado culpable de homicidio involuntario pudiendo recibir una sentencia de 15 años.

Hasta aquí todo bien. Asesinato, juicio.

Pero hoy veo que con un desprecio total por la sociedad mexicana, tanto residente en México como muy probablemente en los Estados Unidos, los amigos del ahora sentenciado piden ayuda económica para recaudar 100,000 dólares para continuar con los gastos del nuevo juicio que la familia pretende entablar. Al momento llevan recaudados 20,000 dólares.

Obviamente vivimos en un entorno mundial libre y todo el mundo puede generar su recaudación de fondos cuando quiera y usarlo para distintos fines, desde la causa más noble hasta la más vana y superficial de todas y cualquiera puede cooperar si así lo desea.

Pero lo que más me impacta son los comentarios de las personas en el face. Están los que comentan con el mismo sentimiento que yo sentí al leer la nota que: “La familia venda sus propiedades y paguen”. “Que trabajen” “Que asuma su momento de furia” “Hay mejores causas para hacer donaciones” “Que ayuden los actores” y otros similares; los cuales a mi parecer me parecen absolutamente lógicas.

Sin embargo las respuestas de los simpatizantes del actor son desde apelando a Dios y a que cualquiera puede caer en esa desgracia y que los que comentan de forma contraria a los deseos de amigos y familia del actor no son empáticos y son malvados o hasta envidiosos…hasta  los llenos de odio a la víctima a la cual acusan de provocador y que recibió lo que se merecía, que el señor Hernández (quien por cierto ya no tiene vida) arruinó la vida de Pablo y su familia o que como era cubano y el crimen sucedió en Miami pues esta está llena de cubanos y por tal el juicio iba a ser a favor del difunto.  

Lo cual me hace recordar a Horacio Villalobos, conocido en el mundo del espectáculo quien dice: En México, ser güerito es profesión.

Definitivamente no estoy diciendo que Pablo haya querido asesinar al señor Hernández, pero la respuesta llena de furia y prepotencia a la sobre reacción de la víctima lo llevaron a golpear a otro ser humano sin medir consecuencias ni pensar en sus actos.

Pero parece que a una parte muy amplia de la sociedad mexicana, la cual tiende a idolatrar a cualquier personaje con o sin talento que sea bello, de preferencia rubio y salga en la televisión, no le importan los argumentos de la víctima ni de su familia la cual ahora sufre por la muerte de su ser querido.

Es muy triste ver y entender que un sector de la población mexicana e inclusive mundial tienen una tendencia estúpida a minimizar los actos deleznables cometidos por personas con cánones de belleza establecidos por la industria televisiva y de la moda. Mientras que el verdadero trasfondo de la violencia se omite según la apariencia del victimario.

Es aún más cuestionable como la televisión y los medios no emiten un juicio concreto sobre este caso en particular y de un modo u otro validan la opinión de estos seres humanos carentes de criterio justo y maduro.

Por eso digo, ¡México Despierta! No es posible que tantos siglos después de la conquista española y de la apropiación mundial del estereotipo europeo que tanto mal ha generado en el mundo, los mexicanos sigamos idealizando a los “blancos y barbados”  como se “supone” lo hicieron los originarios de estas tierras aztecas.

México es mucho más que Thalía, Bad Bunny y las “estrellas” de todas las televisoras y plataformas streaming.

Cuando ese señor Lyle, ya sea pronto o tarde, sea liberado no creo que devuelva un solo dólar de lo recaudado a su favor. Ni siquiera los tiene en sus oraciones o pensamientos como ellos a él. Y tampoco creo que su familia apoye las kermeses o hamburguesadas a favor de niños con cáncer. No los he visto marchar por las mujeres desaparecidas, ni por los 43 de Ayotzinapa, ni por los enfermos de SIDA que no tienen medicamentos. Y mucho menos le van a mandar una tarjeta de agradecimiento a todo ese “selecto” público que se rasga las vestiduras por defender al guapo Pablo Lyle o a los que saquen un peso de su cuenta para transferir a la del “pobre actor”.

TIMING POLITICO

About Author