octubre 19, 2025

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Rotación de personal: El curioso empoderamiento de los trabajadores

Por Jesús Galindo, en Cd. Juárez.

Octubre de 2022.

No hubo marchas, tampoco hubo protestas reclamando mejores sueldos, ni en contra de los paros técnicos que recortaban medio sueldo a los operadores de las plantas industriales. El mercado se fue encargando de construir circunstancias y condiciones de ocupación, primero una alta demanda de productos manufactureros y enseguida, la sobredemanda de trabajadores para dar abasto a la producción presentó sus efectos favoreciendo las percepciones de salario.

Ya hace 20 años si no es que más, que la industria maquiladora en la frontera padece déficit en la ocupación de personal de nivel operativo en las líneas de producción. El efecto se ha exponenciado después de las contingencias sanitarias derivadas de la pandemia SARS-COVID-19. El efecto es la rotación de personal, una vez que los empleados son contratados, no permanecen suficiente tiempo en las plantas como para desquitar el costo del proceso de contratación y capacitación, con todo y los trámites administrativos y laborales para las altas en nómina, en bancos, en el SAR, IMSS y en INFONAVIT, así como otros gastos derivados que suelen ser credencial, uniforme, equipo de seguridad, transporte y alimentación. La empresa pierde lo invertido en las personas contratadas porque los trabajadores se van pronto debido a la oportunidad que el extendido mercado laboral les da para de cambiarse a otro centro de trabajo.

Digamos que si un empleado contratado permanece 10 meses, cubre el costo del proceso de la contratación, entonces ya se sale del umbral estadístico de la rotación, pero si su permanencia es menor a los 10 meses, se coloca en la rotación y no se cubre el costo de la contratación, que es de aproximadamente mil dólares americanos. Es lo que está sucediendo actualmente con el pago de los bonos de contratación, que no se pagan en forma inmediata, sino forma diferida durante varias semanas del sueldo. El trabajador operario permanece hasta que terminan de pagarle el susodicho bono y migra a otra planta buscando los bonos de contratación.

Además de nuevas prestaciones que las maquiladoras ofrecen a sus trabajadores, la industria implementa estrategias contra la rotación de personal. Lanza ofertas económicas al mercado laboral para hacerse de empleados con bonos de contratación y bonos por llevar nuevos empleados a las plantas. Cuando se completa el pago de esos bonos, nada despreciables por cierto, los empleados cambian de lugar. La recompensa por contratarse se llega a convertir en una renta, mientras no terminen de pagarle, el trabajador no se va.

Con esa competencia de la industria para completar su plantilla laboral, el mercado está beneficiando a la clase trabajadora con un curioso empoderamiento para decidir dónde y cuánto tiempo trabajar en un lugar de su elección. Es la libertad consagrada en la carta magna que no se puede condicionar y es otra ley, la de la oferta y la demanda de los mercados. Sin embargo, hay techos de poder, no solamente es pedir para que se conceda, hay márgenes que no se pueden rebasar para no acabar con la gallina.

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