Por: Raúl Ruiz
En un trabajo anterior di a conocer un apunte sobre el concepto TECHO DE CRISTAL, y el simbolismo que esto refleja.
Voy a repetir el concepto:
TECHO DE CRISTAL, se refiere al conjunto de normas no escritas al interior de las organizaciones, gobierno, partidos, etc., que dificulta a las mujeres tener acceso a los puestos de alta dirección.
Barreras que la mujer sortea para avanzar en la escala laboral, política o empresarial.
Es una lucha permanente que van ganando las mujeres con el martilleo constante para encontrar no sólo igualdad frente a los varones, sino superarlos.
Igualdad de género, reclaman.
Y hoy por hoy, al menos en el terreno de la política, empatan con los hombres en participación.
En Chihuahua, tenemos figuras que han derribado el techo de cristal y ya se codean en los estamentos del poder con sus pares de género.
Las pasadas elecciones nos arrojan en primer lugar a la gobernadora electa, María Eugenia Campos; a las Diputadas electas, Daniela Álvarez, en lo federal, y Marisela Terrazas, en el congreso local. Esther Mejía.
Pero también hay que distinguir a algunas mujeres que a pesar de no haber ganado, su trayectoria las exalta por encima del TECHO de cristal.
Anotamos a Adriana Fuentes, Lilia Merodio, Graciela Ortiz, Marisela Sáenz, o mujeres que en el desempeño de la Función Pública o la lucha social, han destacado por encima de este símbolo de contracción femenina; me refiero a Alejandra de la Vega, Vicky Caraveo, Maribel Hernández, Laura Marín, entre otras.
Hace un par de años nos preguntábamos, ¿los chihuahuenses estamos listos para ser gobernados por una mujer?
La historia nos trae la oportunidad de saberlo. Ahora la pregunta sería: ¿está preparada la mujer que nos gobernará, para conducir el destino de los chihuahuenses por caminos de justicia y bienestar?
Qué nervios.
TIMING POLITICO.
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