Timing Político

La política tiene su propio Timing

El Colectivo Palochi y el COVID-19.

Por: José Luis Carrillo Sánchez.

El Colectivo Palochi tiene como misión contribuir al bienestar integral de la población, ofreciendo servicios especializados e integrando la asistencia con la educación y la investigación científica. A partir de las necesidades a las cuales se enfrenta actualmente la población hemos desarrollado líneas de investigación.

Hasta el día de hoy, el mundo se encuentra en uno de los mayores retos de salud pública del siglo debido a la pandemia por COVID-19 y las repercusiones en cuestiones de salud son múltiples y muy variadas en opinión de la población en este proceso de adaptación que se ha tenido que incorporar e integrar en las formas de vida de muchas personas, todo un conjunto de hábitos no saludables en el ejercicio, alimentación, en el descanso, en el conjunto de sus rutinas cotidianas que permiten caracterizar el “estilo de vida no saludable” durante el confinamiento por COVID-19.

El control de las epidemias requiere cambios de patrones de comportamiento, con una participación activa de la comunidad. Muchos de los problemas que afligen a las personas en situaciones de epidemias, tienen su origen en el miedo en sus múltiples expresiones. Estudios realizados han identificado que hasta más del 80 % de las personas, en circunstancias de cercanía evidente al peligro, expresan manifestaciones sintomáticas de angustia e incluso pánico.

El último estudio publicado por el grupo de investigación del colectivo Palochi tuvo como objetivo analizar los hábitos de actividad física y estado de salud en la población mexicana durante el confinamiento por COVID-19.  Se aplicó a la población de estudio un cuestionario de Actividad Física (IPAQ) y la Escala de Salud de Nottingham con la finalidad de comprender el impacto que está teniendo la población durante el confinamiento por COVID-19.

Los principales hallazgos estuvieron enmarcados en los estilos de vida debido al confinamiento por la pandemia ocasionada por COVID-19, lo cual ha generado un aumento y/o prevalencia de patrones de conducta sedentaria como pasar demasiado tiempo sentado (trabajo en home office) o acostado para realizar actividades de ocio (video juegos, ver televisión, usar dispositivos móviles, lee). El efecto que ha causado en la población demuestra que un gran porcentaje de las personas encuestadas presenta alteraciones en el sueño, falta de motivación al realizar sus actividades de la vida diaria y con tendencia al estrés. Estos resultados son relevantes ya que comprueban que el sedentarismo y aislamiento social tiene repercusiones a nivel de estado físico y emocional.

Como colectivo estamos seguros que es de suma importancia seguir generando investigaciones con respecto al tema de confinamiento, patrones de vida sedentaria y sus posibles consecuencias en un futuro cercano, los profesionales que se dedican a la promoción de estilos de vida saludable son indispensables en estos momentos, generando una participación activa de la población al realizar de manera frecuente ejercicio físico, no sólo ahora, ni pasando el confinamiento solamente, sino que ello se vuelva parte de la rutina diaria. Estas medidas preventivas apoyarán a que en una próxima contingencia o emergencia sanitaria no se repitan estos patrones y cambiemos el contexto de que confinamiento es sinónimo de enfermedad física y/o mental.

Las consecuencias físicas y mentales de la población que se ha sumado a la cifra de contagiados deberían tener una rehabilitación oportuna con el objetivo de alcanzar la recuperación física. Llevando a cabo un tratamiento de rehabilitación respiratoria, la persona que tiene o tuvo COVID-19 tiene más oportunidades de volver mejor y más rápido a sus actividades laborales y de la vida cotidiana.

La rehabilitación respiratoria tiene como objetivos disminuir la falta de aire, optimizar la función respiratoria, mejorar la calidad de vida relacionada con la salud, reducir las complicaciones derivadas de esta enfermedad y reincorporarse a la vida social y laboral. Y además revelando la estrecha interacción existente entre el cuerpo y la mente, una intervención terapéutica física influiría directamente sobre el estado mental de la persona mejorando así su calidad de vida después de COVID-19 ya que se ha demostrado que hasta el 10% de las personas que se recuperan pueden desarrollar síndrome de fatiga posviral, una dolencia tremendamente compleja e incapacitante que cursa con síntomas persistentes de agotamiento, dolor muscular, mareos y dificultades cardiorrespiratorias y cognitivas.

Palochi además de generar investigación sobre el estado de salud en estos periodos críticos incluimos la parte clínica ayudando a las personas en su recuperación ante el COVID-19.

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